El argumento histórico

Zubizarreta habló de 1984 y de aquel milagroso gol de Maceda que derrotó a Alemania (Schumacher desolado y todo aquello) en el último minuto del último partido de la primera fase de la Eurocopa. Aquella España de Miguel Muñoz había sido puesta de vuelta y media en aquella fase. "Después de derrotar a Alemania a la desesperada, llegó hasta la final", recordó el guardameta español. Aquella hazaña es el único agarradero histórico que tiene la actual selección para cargarse de moral ante la cita búlgara. El resto de la actuación de España en los Mundiales, y sólo contando los últimos 20 años, no da mucho de sí para ganar confianza.En los últimos seis Mundiales (incluidos los dos partidos disputados de Francia 98) España ha jugado 24 partidos. Ha ganado nueve, pero nunca a rivales de la élite mundial (victorias sobre Suecia, Yugoslavia, Irlanda del Norte, Argelia, Dinamarca, Corea del Sur, Bélgica, Bolivia y Suiza); de los ocho empates que ha logrado, los conseguidos ante selecciones de primer nivel, o tuvieron carácter inútil (Brasil y el gol de Cardeñosa, Inglaterra en el 82, Alemania, en la primera fase de Estados Unidos 94) o fueron derrotas encubiertas (Bélgica en el 86: eliminación en los penaltis), los demás fueron frustrantes, ante selecciones de inferior nivel (Honduras, Uruguay, Corea, Paraguay). Las siete derrotas tienen un doble carácter: o fueron batacazos ante rivales menores (Austria, Irlanda del Norte, Yugoslavia, Nigeria) o derrotas lógicas ante selecciones históricas (Alemania, Brasil, Italia). Ante estas últimas, las derrotas llegaron siempre de la misma manera: con mejor juego español, pero con mala suerte histórica (gol no concedido a Michel ante Brasil, fallo de Julio Salinas ante Italia...).