Desafío al amanecer
Un piloto emprende la vuelta al mundo por la Ruta del Este en un avión construido por el mismo
El piloto Miguel Ángel Gordillo tiene agallas. A sus 43 años, pretende firmar una gran hazaña en la história de la aeronáutica. En un avión que él mismo ha construido con el sudor de su frente, Gordillo invertirá 35 días en un vuelo Hacia el amanecer, hacia el este. El reto cuesta 5,5 millones de pesetas. Desde el aeródromo de Robledillo de Mohernando (Toledo), de donde partirá mañana, Gordillo viajará a Francia. Después pasará por Italia, Grecia y Turquía. Sobrevolará, con escalas, Oriente Próximo y parará en la India para seguir por seis países asiáticos y por Rusia, Alaska, Canadá y Estados Unidos, donde asistirá, en Osh-kosh, a una convención aeronáutica. En total: 30.000 kilómetros.De modelo Kitfox, la máquina en la que Gordillo intentará su proeza está dotada de un paracaídas, mide 10 metros, pesa 500 kilos, tiene una autonomía de 16 horas y un techo de altitud de 10.000 pies. "Piensa que ese loco volará una media de 8 a 14 horas al día. ¡Va a salir molido de su avión!", indica un especialista del aeródromo de Cuatro Vientos. "Lo que más voy a necesitar es aspirina", añade Gordillo, que teme los dolores de piernas. Este hombre moreno con ojos oscuros y bigote vive del aire, por el aire y en el aire. "Volar me gusta, me gusta y me gusta", enfatiza, para subrayar la pasión que le hace traspasar las fronteras. "Yo soy capaz de tomar mi avión privado después de haber volado durante 14 horas para virar rápidamente o mirar una casa boca abajo", afirma el piloto, cuya vida laboral se desarrolla a los mandos de un Airbus de Iberia.
Nacido en 1955 en Camerún, tiene la doble nacionalidad española y francesa. Cuando está en España se llama Miguel, pero en cuanto atraviesa los Pirineos se convierte en Michel. Los aviones le apasionan desde siempre. Pero no cualquier tipo de máquina, ya que a él lo que le encanta es el espíritu del aviador-escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, muerto en una misión aérea en el año 1944.
Gordillo se asemeja curiosamente al narrador de El principito, que aterriza en el desierto a miles y miles de kilómetros de las regiones habitadas porque se queda sin gasolina. "Quiero sobrevolar los pocos lugares salvajes que aún quedan en el mundo y encontrarme conmigo mismo", exclama este hombre casado y con cuatro hijos.
Le hicieron falta cuatro años a este piloto para construir la aeronave con la que emprenderá su odisea, con ayuda de un ordenador portátil con acceso a Internet. Con el peso de la experiencia, a Gordillo le preocupa el lado burocrático. "Sobrevolar Rusia es un lío increíble, pues las autoridades rusas no querían que volara solo. Me cobran 6.000 pesetas por kilómetro, tasas de aterrizaje, de aparcamiento y de control del avión. ¡Ni menciono los múltiples visados que tuve que conseguir!", se queja. Pero esto es sólo el principio de la aventura, que todo el mundo podrá seguir por Internet (www. sportflight.com) a lo largo de su impresionante viaje.
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