Fraga insta al partido a dotarse de controles contra la corrupción
Manuel Fraga presentó ayer ante el congreso extraordinario del PP gallego un alegato de tintes regeneracionistas para instar a sus militantes a que mantengan un comportamiento "ético" que permita al pueblo "recuperar su confianza en la honestidad de los políticos". El presidente de la Xunta considera necesario que su partido se dote de mecanismos que permitan el "control del ejercicio del poder" y fomenten la "transparencia de sus actuaciones". Fraga volvió a dejar claro que aún no cree llegado el momento de nombrar un sucesor. "Mientras Dios me ayude, seguiré ahí", prometió.La ponencia política del congreso de los populares gallegos, que el propio Fraga había definido como su "testamento" -y que, por supuesto, nadie osó enmendar-, no deparó sorpresas. El fundador del PP insiste en sus tesis de un galleguismo comprometido con España y Europa, equidistante entre las posturas centralistas que atribuye al secretario general del PSOE gallego, Francisco Vázquez, y el "radicalismo" del Bloque Nacionalista Galego (BNG).
Más novedoso resulta el énfasis que pone Fraga al advertir que los políticos están obligados a dar respuesta a las "demandas de regeneración" emanadas de la sociedad. Si no se afronta ese desafío, avisa, el malestar social, perceptible en algunos países europeos por el avance de las posiciones "extremistas", podría derivar en el futuro "en un grave problema para el propio sistema democrático".
Ningún caso concreto
Fuera de las proclamas generales, el presidente de la Xunta elude referirse a los casos concretos de presunta corrupción que han salpicado en los últimos meses al PP gallego. Varios alcaldes populares han sido procesados por malversar fondos públicos y se han presentado evidencias de masivas prácticas de nepotismo en diputaciones y ayuntamientos. Fraga se limita a defender la creación de sistemas de control interno para garantizar la transparencia de las actividades "públicas y privadas" de los militantes del PP, aunque no especifica el modo en que funcionarían tales mecanismos de vigilancia.Hasta hoy no se conocerá la composición del nuevo comité ejecutivo, que se reduce de 46 a 24 miembros. La reforma de los estatutos otorgará a Fraga la prerrogativa de designar un vicepresidente, lo que se interpreta como un mecanismo que puede ser activado en el momento en que se ponga en marcha el proceso sucesorio del presidente. El presidente de la Xunta afirmó que, de momento, no usará esa facultad, "aunque", matizó, "es bueno tenerla".
El presidente de la Xunta también aseguró que mantendrá las mismas relaciones institucionales con el Principado de Asturias a pesar de la crisis del PP en esa comunidad. Según Fraga, el conflicto responde únicamente a una "cuestión de matices" dentro de su partido.
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