"Nadie va a arrojar aquí la toalla"
Los jugadores españoles creen que les falta suerte en este Mundial
, "La diosa fortuna nos niega el gol". El mismo lamento en boca de todos los futbolistas españoles. También el mismo deseo: "Que la suerte, hasta ahora tan esquiva, nos alcance al tercer partido. Que se cumplan por una vez los pronósticos: Nigeria es superior a Paraguay y nosotros debemos ganar a Bulgaria". Y, como no, el mismo reto: "Nadie va arrojar aquí la toalla".Los jugadores de campo fueron desfilando uno a uno con un discurso repetitivo. Kiko, como buen andaluz, fue quizas el más atrevido: "Había por lo menos 17 tipos metidos en una área, y así no hay quien marque un gol. La pelota da una vez en el culo de Gamarra, otra la saca Chilavert, la tercera pega en la pierna de Ayala. Preparados para ganar lo estamos, pero el balón en lugar de ir a dentro va para fuera". "No nos queda otro remedio que confiar en el último partido", agregó. "Hay que estar unidos en lo bueno y en lo malo y aguardar hasta el final: es la ley del mundial".
"Tuvimos el partido en la mano y nos voló", aseguró Abelardo. "No nos acompaña la fortuna". El central no vio ningún otro motivo para justificar el empate. "¿Cansados?", se preguntó tras una demanda sobre la fatiga mostrada por el equipo. "No. Lo que pasa es que llevar el peso del partido cansa. Generamos las ocasiones de gol y eso quiere decir que llegamos a portería".
Quizá faltó imaginación en la elaboración del juego. "La única falta de imaginación fue no meterla" (sic) replicó Luis Enrique. "No materializamos las ocasiones de gol. Tenemos muy mala suerte. Pero no nos rendimos. Sabemos que la suerte va y viene, y esperamos verla contra Bulgaria". Ni siquiera Morientes se reencontró con el gol. El madrista llevaba cuatro goles en 90 minutos -dos medias partes- en la selección. En su debú en la Copa del Mundo, sin embargo, se quedó seco. "Nos faltó fortuna", dijo. "Pero este va a ser el Mundial del sufrimiento. Vamos a agarranos a la única puerta que nos queda abierta".
Tampoco Pizzi, un cazagoles, vio portería. Tuvo el gol en sus botas, pero Ayala fue más veloz, se le anticipó y le sacó la pelota. "Vi el gol muy claro y luego desapareció", expuso. "El gran esfuerzo del equipo no nos alcanzó para ganar. La pelota no quiere llegar a la red de ninguna de las maneras". Hierro incidió en el mismo discurso: "No andamos finos de cara a portería". Y Aguilera adivinó lo que sucederá hasta el miércoles: "Habrá que aguantar las críticas, que serán lógicas, pese a que al equipo no se le puede recriminar nada, salvo que no tiene gol".
El gol no entró ni en uno ni otro marco no sólo por una cuestión de azar sino también por el temple de ambos porteros, muy lúcidos. En un equipo sin confianza, el mejor fue el jugador que inspiraba más desconfianza entre los escépitcos: Zubizarreta. "Paraguay nos creó ciertos problemas en el primer cuarto de hora", manifestó el capitán, "pero luego le dominamos, le metimos en su campo y a mi entender merecimos más que el empate".
Y en el otro bando Chilavert. "¿Qué tiene Paraguay?", se preguntó. "La mejor defensa del mundo", se contestó, remitiéndose al marcador: dos partidos, cero goles encajados.
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