La Armada, "en pequeñito"
Ninguno de sus anteriores éxitos -campeón del mundo infantil y subcampeón en la categoría sub 16- había tenido tanta repercusión. Juan Carlos Ferrero, subcampeón junior de Roland Garros, ha salido hasta en Radio Macuto. Eduardo, su padre, afirma que el chaval ya se encuentra "más ancho que pancho" en las entrevistas. "Lo llevo bien", confirma lacónico el tenista. Ferrero (Ontinyent, 1980) se considera un miembro más de la Armada española, "pero en pequeñito". Los triunfos de Carles Moyà y Arantxa Sánchez Vicario no han eclipsado el extraordinario torneo realizado por Ferrero, un valenciano que vive y se entrena en Villena. Y, aunque parezca extraño, lo va a seguir haciendo. De momento, Ferrero se resiste a marcharse a Barcelona, donde se encuentra la élite del tenis español. "En Villena estoy muy a gusto", asegura Ferrero, que cumplió en febrero 18 años. Pero el hecho de permanecer en Villena no significa que no tenga la ocasión de confrontar su tenis con el de los mejores jugadores españoles. Sin ir más lejos, la próxima semana pasará unos días entrenándose con Alex Corretja -finalista en la última edición del Roland Garros- y Alberto Berasategui. "He entrenado con Moyà, Corretja y Mantilla; me superan en fortaleza física y mentalidad, que son los aspectos que marcan la diferencia, pero en lo demás estamos a la par", señala Ferrero. La escuela Equalite es el centro donde este joven tenista ha pulido su tenis. Antonio Martínez, su entrenador, ya auguró cuando conoció a Ferrero con nueve años que éste tenía un futuro prometedor. "Es imposible acertar, pero sus condiciones eran excelentes", comenta Martínez, que sigue pensando lo mismo. "Es un jugador muy completo. Es rápido, tiene mucha movilidad y sus golpes son buenos; es un tenista muy agresivo", explica Martínez, quien compara a su pupilo con Agassi "por su forma de finalizar los puntos". Ferrero, sin embargo, muestra sus preferencias por Pete Sampras: "Es el mejor", asegura, "aunque Albert Costa me gusta mucho también". Ferrero no se considera un especialista en tierra batida. De hecho, hasta los 15 años estuvo entrenándose en pistas duras. "No es que tenga una volea sensacional, pero es un jugador que se defiende bien en todo tipo de superficies", indica Martínez. La trascendencia del último éxito logrado augura un destino brillante. Su entorno asegura que Ferrero es un chaval sólido en todos los aspectos. Pese a que sus futuras prestaciones son una incógnita -Roberto Carretero ganó el Roland Garros junior en 1994 y luego no cumplió las expectativas- , Martínez se muestra optimista: "Juan Carlos es un chaval humilde que cuenta con el entorno idóneo". La admiración despertada - "las chicas lo persiguen ahora a todas partes", cuenta su entrenador- no ha hecho mella en Ferrero, que recurre al tópico: "Hay que seguir trabajando para mejorar". Juan Carlos Ferrero ha ratificado en el Roland Garros la buena salud del tenis valenciano. Jugadores como Alex Calatrava (número 78 de la ATP) o Fernando Vicente Fibla (90) han logrado triunfos importantes. Incluso Marat Safin, un ruso de 18 años afincado desde los ocho en Valencia, causó sensación en el último Roland Garros tras eliminar a André Agassi, Gustavo Kuerten -ganador en 1997 del torneo francés- y Daniel Vacek. Actualmente, Ferrero es el número 482 en el ránking ATP. Consciente de que "ahora llega lo más duro", Ferrero se muestra cauto. "Lo primero que tengo que hacer es creerme que puedo ser bueno. Tengo ganas de subir, pero todavía soy junior y hay tiempo. Creo que mi cabeza va más rapido que mi tenis. Daré el salto cuando realmente esté convencido de que puedo estar arriba", afirma Ferrero. De momento, el joven tenista de Ontinyent ya ha sentido el cosquilleo de compartir vestuario con los mejores del mundo. "Es alucinante", asegura.
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