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El joven de 17 años con DNI infantil se fuga del centro el primer día de tutela

Ni un día llegó a estar Emilio S, El Chupete, en el centro de acogida de menores en el que la Dirección General de la Infancia le internó al comprobar que la Policía de Figueres le imputaba más de cincuenta delitos y no pudo ser detenido por la policía ya que, pese a tener unos 17 años, oficialmente sólo tiene once porque sus padres lo inscribieron en el registro civil con retraso sin advertir que no era un recién nacido. Este error ha impedido que pudiera ser perseguido ya que justicia penal juvenil sólo puede aplicarse a partir de los 12 años.

Si el joven no podía ser perseguido penalmente por no alcanzar oficialmente la edad mínima para ello, sí debía ser en cambio amparado. Era evidente que si había acumulado una actividad delictiva tan dilatada y no había pisado nunca una escuela, el niño, oficialmente menor, debería haber sido objeto de intervención, en este caso protectora. Cuando el caso saltó a la opinión pública, la Dirección General de Infancia intervino, el juez alegó desamparo familiar y el lunes dictó el ingreso del joven en un centro de menores. Pero El Chupete, ducho forzador de cerraduras y veterano burlador de cercos policiales, se fugó a las pocas horas de haber ingresado. Los responsables del centro dieron cuenta de la fuga a los Mossos d"Esquadra, que sospechan que Emilio S. pueda ocultarse en el domicilio de un tío que reside en Perpiñán (Francia) y que ya se había ofrecido para tutelar al menor cuando supo que la administración pretendía internarlo. Al parecer, El Chupete recaló en el barrio gitano del Bon Pastor de Figueres, donde reside, el mismo día de su huída y fue acompañado hasta Perpiñán por unos familiares. Esta ingerencia no fue bien recibida por los padres de Emilio S., que habían entregaron a su hijo a la comisaría de los Mossos de Figueres después de aceptar la idoneidad de la tutela. La decisión había provocado un enfrentamiento incluso físico entre dos clanes familiares del menor, según informó Diari de Girona. El delegado de Justicia de Girona, Josep Maria Guinart, admitió ayer que un centro tutelado no es el mejor lugar para un menor con el historial de El Chupete. Un centro de régimen abierto y sin vigilancia no acostumbra a acoger menores con graves conductas delictivas. Emilio S. no ha sido escolarizado jamás y ha protagonizado una precoz carrera delictiva. Desde hace unos años pertenece a una peligrosa banda dedicada al robo y el desvalijamiento de vehículos. Guinart aseguró que si se localiza al menor debería volverer a un centro de las mismas características, pero dotado de mayores medidas de contención. Quienes concoen la trayectoria de El Chupete lo describen como un avispado mocoso que ha sido camelado por unos cuantos delincuentes sin escrúpulos de su barrio, pero que puede salir del círculo delictivo mediante un tratamiento de rehabilitación.

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