La selección cierra filas

Un detalle significativo: el seleccionador español, Javier Clemente, ordena a los jugadores que vayan a una banda a por una portería para organizar un partidillo y allí no se escaquea nadie. Acuden todos, salvo Miguel Ángel Nadal, recuperándose de una lesión en el gemelo izquierdo, y los tres porteros, en otras funciones en esos momentos. El grupo sigue unido pese al traspié del pasado sábado ante Nigeria. No hay fisuras a la vista.La derrota, sin embargo, sí que ha dejado tocado a Javier Clemente, que parece permeable a las duras críticas que recibió su equipo tras su estreno en el Mundial. Iván Campo, Kiko y Ferrer serán los damnificados: dejarán sus puestos a Guerrero, Pizzi o Morientes y Aguilera, respectivamente. A tenor del entrenamiento de ayer en Chantilly, y salvo que Clemente quiera sorprender nuevamente a todos, España ofrecerá un perfil más generoso ante Paraguay el próximo viernes en Saint-Étienne (21.00). Guerrero tratará de dignificar el eje del centro del campo supliendo en ese puesto a Nadal, que se retrasará a su posición natural de central, siempre que se recupere a tiempo de la dolencia en el gemelo. Esta decisión, por contra, relega al olvido a los dos jugadores específicos que trajo el técnico vasco para el gobierno del juego español: Amor y Celades, que carecen, pues, de la confianza del seleccionador.

En cuanto a Pizzi, Clemente regresa a la idea primigenia de jugar con un primer delantero, admitiendo así implícitamente el error del experimento de Kiko, que estuvo mal ante Nigeria, quizá porque venía de una abstinencia de varios meses por una lesión en el tobillo. De esta manera, Pizzi, que actuará de ariete, se verá arropado por Alfonso, de segundo puntero, y Raúl y Luis Enrique por los extremos. Estos tres últimos, además, rotarán constantemente sus posiciones a fin de sorprender a la abundante defensa paraguaya.

"La credibilidad de Clemente es larga y su trayectoria, muy brillante", afirmó ayer el barcelonista Nadal cuando se le preguntó por los cambios previstos en la alineación ante Paraguay. "Él sabrá lo que hay que hacer". La confianza de los jugadores en el técnico sigue siendo ciega, pues entienden que este partido se perdió más por algunos despistes defensivos (sobre todo por el error en el despeje de Zubizarreta), que por un mal planteamiento del entrenador. A esta teoría se alinean casi todos los jugadores. Y uno de sus más firmes defensores es Raúl, enojado ayer con un periodista italiano cuando éste le preguntó por qué España había jugado mal ante Nigeria. "Que España ha jugado mal lo dices tú. Para mí, no jugó mal", dijo el delantero del Real Madrid, que achacó la derrota a los inhabituales tres goles recibidos por España. "Eso es lo que hay que corregir", indicó, en alusión a la fragilidad defensiva de la selección.

Frente al clima de fatalismo extendido entre la afición española, Raúl y Nadal lanzaron un canto de moderado optimismo. "La selección española sigue siendo una de las candidatas", dijo Nadal, mientras que Raúl aseguró que no hay nadie tan tranquilo en estos momentos como los seleccionados españoles. Al menos él, sí que lo parece. Tranquilo y muy concentrado en sus posibilidades, quizá por la satisfacción que le proporciona el haber conseguido desprenderse momentáneamente de las molestias en el pubis que lo han perseguido en los últimos meses. Tras el choque ante Nigeria, no sintió nada en la zona afectada.

"Somos mejores que Paraguay", aseveró sin tapujos Nadal, que esta vez, sin embargo, se librará, con el resto de sus compañeros, de la paliza de vídeos a la que les sometió Clemente las semanas previas a la cita ante Nigeria. "No hemos visto nada de Paraguay ni sabemos casi nada", señaló Raúl. Ni ganas. Se supone que en esta ocasión España no mirará tanto al rival.