Jugadores y modernidad
...Dicen que la táctica representa la modernidad, pero yo creo que lo único que se ha llevado siempre son los buenos jugadores. Hace algún tiempo Carlos Salvador Bilardo solía decir que estaba "veinte años adelantado". Ese optimismo sobre sí mismo queda atenuado en este Mundial por unas últimas declaraciones en las que sostiene que "hay que volver a los extremos". Raro que viviendo en el futuro se reclame algo tan antiguo... ¿Atrás Bilardo después de vivir tantos años adelantado? No, sólo se trata de uno de esos entrenadores que analiza a los rivales y la cancha antes que a sus propios jugadores. Si me atacan con tres, yo marco con cuatro, si por afuera hay zonas vacías, tenemos que volver a los extremos. Menos mal que todavía hay factorías de extremos como la escuela de Ajax: Babanguida, Overmans, Finidi... Señal de que nunca habían desaparecido. La moda es lo antiguo: ocupar el terreno en zona y confiar en los que juegan bien....Pues hablemos de jugadores. Así como Ronaldo sólo necesita de la pelota y una portería para empezar a meterse en la historia del fútbol Zindine Zidane da una clase en cada partido sobre cómo se administran los espacios y los ritmos en el fútbol. Hace siempre lo que debe, a la velocidad que corresponde y haciendo participar a los compañeros en su fiesta particular. Cuando él juega, juegan todos.
...En Suramérica a los laterales siempre se les llamó marcadores de punta. Como el fútbol retrocedió por el método de ir quitando delanteros y poniendo defensores, los marcadores de punta se quedaron sin puntas a los que marcar. Hoy es más apropiado llamarlos laterales: jugadores que encuentran un camino despejado por delante y aprovechan para recorrerlo. La ortodoxia se dio vuelta como un calcetín. Veo a Cafú y Roberto Carlos en Brasil subiendo sin descanso y como son generadores de peligro y el peligro da miedo, el rival les asigna un vigilante. La parábola termina con los marcadores marcados. La inversión de papeles produce algunos desajustes: si van siempre las incorporaciones pierden sorpresa, si van siempre y vuelven a veces se produce un desajuste defensivo, si van aunque sea a veces y no saben con la pelota hay que agradecerles la ocupación del espacio y luego lamentar que los hayan ocupado.
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