La unidad de acción de la izquierda choca con las bases

La sesión inagural de la VI asamblea de Esquerra Unida del País Valencià se convirtió ayer en un prisma en el que el concepto de "unidad de acción de la izquierda" se descompuso como un rayo de luz. Por la mañana, la intervención del secretario general del PSPV, Joan Romero, se cerró con los aplausos de los delegados, a los que agradeció la invitación sincera que le había formulado EU para dirigirse a la asamblea. Romero explicó que los socialistas han decidido "buscar las luces y no las sombras" que los unen con Esquerra Unida. El dirigente socialista puso como ejemplos cuestiones como la reforma fiscal del PP, la preocupación por la formación, el concepto de Estado y el de Europa de los pueblos y realizó "una invitación a la cooperación sin ningún tipo de prepotencia para construir una mayoría moral, que se convierta en cultural y, finalmente, en política". Más tarde, en su informe de gestión, el presidente de EU, Joan Ribó, hizo un análisis de "la situación política del PSPV-PSOE" en el que entremezcló luces y sombras. Recordó que las relaciones no habían sido fáciles y que mantenían "viejas actitudes socialistas de intentar absorber y deglutir todo lo que estuviese a su izquierda", pero también reconoció que se habían logrado "tímidos avances en temas municipales y medioambientales" con el PSPV. Ribó abogó por el desarrollo de la política de unidad de acción de la izquierda "mediante acuerdos programáticos públicos, claros y transparentes tanto con el PSPV como con otras fuerzas de la izquierda". El informe de gestión se aprobó por 274 de los 299 votos emitidos. Sin embargo, la crisis interna abierta a última hora de la tarde de ayer refuerza el protagonismo del sector más duro del PC, aquellos que le echaron en cara a Ribó que prestase tanta atención a la situación de los socialistas. "Que se apañen", dijo uno de ellos. Hoy clausura Julio Anguita.