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ISLA DE LOBOS

El balón y los libros

PORTEROS SIN MIEDO. De entre los 22 personajes que siguen un balón o se defienden de él, el más literario es el portero. Su vértigo es, sin duda, muy distinto al que puedan sentir los que se desplazan por el campo y luchan en el camino del balón hacia una de las puertas. Conocí uno de estos días al hasta ahora guardameta del Alavés, Francisco Leal, al que se le reconocen justos méritos en el ascenso de su equipo a primera, y acaba de cerrar su contrato con el Sevilla, que está en segunda. Nada más promocionar el Alavés a mejor división, tomó sus maletas y decidió un descenso personal que explicaba en la tele a María Esperanza Sánchez (Canal Sur) desde su ruda corpulencia y con la muy humana precisión que un hombre que antepone su familia y su terruño a su éxito profesional otorga a las palabras. Ha elegido el reto de volver a subir antes que la complacencia de disfrutar de lo conseguido y simplemente tratar de mantenerse. Lo explicó muy bien y yo atribuí esa soltura de argumento a las dotes del portero para verlas venir. Seguramente no es así, lo que ocurre ahora es que la gente del fútbol habla mejor que hablaba. No pasa con un jugador nada distinto de lo que sucede a otros ciudadanos de su edad. Lo aclara Andoni Zubizarreta. Le preguntan por sus lecturas (un día fue a dar cuenta en la Universidad de Valencia del placer de haberse encontrado con Heinrich Böll y eso le ha impuesto aureola) y él le quita importancia, dice que hay otros jugadores que también leen y más que él.EL PODER DE UNA MADRE. En el hecho de que nuestros jugadores tampoco sean como fueron, es indudable que algún mérito han de tener los padres de este país, tal como me pide que resalte Pau Navarro, en su carta, desde Gata de Gorgos. Hablé un domingo aquí de lo que han hecho las madres por los que caminaron de la miseria al éxito y Pau me reclama que añada también en la lista de méritos a los padres voluntariosos. Lo hago, por supuesto, pero hay madres como la de Paco de Lucía -hijo agradecido- que ponen su manita para que un artista salga adelante desde la nada y luego disfrutemos los demás de la cosecha de un genio: un homenaje póstumo del guitarrista a su progenitora en el que con bulerías, rumbas, soleás, tangos y rondeñas trabaja la pasión y pone con emoción un nombre a la memoria: Luzía (Mercury).

CONCENTRADOS CON LIBRO. No me parece Clemente una sensibilidad cultivada en la lectura, pero quizá no se oponga a que sus jugadores lean en las concentraciones Caracol Beach, de Eliseo Alberto, o Maragarita está linda la mar, de Sergio Ramírez. Y nombro estas dos obras porque me he enterado días atrás de que Alfaguara ha tenido la iniciativa de enviárselas. No hubiera estado de más que a los del Real Madrid se les hubiera hecho llegar la obra de un forofo de su club: Javier Marías ( Negra espalda del tiempo). Sobre todo, si se tiene en cuenta que lo que desea Eliseo Alberto es que gane la selección de Jamaica. Quizá Anagrama espabile y envíe a los del Barcelona Tiempo de guerras perdidas, de Caballero Bonald, y no porque el título contenga una indirecta, sino porque una de las satisfacciones que Ramírez se lleva de España es su encuentro con el escritor gaditano y la lectura de su hermoso libro de memorias. Arriesgado sería, en cambio, que llegara María Magdalena al dormitorio de los futbolistas con El Dios dormido, de Fanny Rubio. Nunca se sabe...

FOTO CON AMOR. Ignoro si el presidente Aznar en Puente Viesgo recomendó a los jugadores otras lecturas. Por ejemplo: El Quijote, de Francisco Rico, Premio Menéndez Pelayo, tan útil para no dar bandazos. Llegaba el presi de Renacimiento, una buena librería sevillana, de pertrecharse de poesía buena. Pero fue a animarse a sí mismo con la selección de fútbol y optó por retratarse con Guillermo Amor, del Barcelona. Cuentan las crónicas que Amor, tan desamado últimamente por su equipo, se sonrojó por la elección de Aznar. Repuesto de la emoción se habrá explicado, ya que, al igual que sucede con los libros, si un político desea que te hagas una fotografía con él algún empeño oculta. ¿A quién quiere que llegue esa foto en cuestión o qué intención nacionalista y de qué tipo encierra?

FÚTBOL Y DROGA. Al fútbol hay que ir en contra de alguien o a favor. Y no está por la labor José Borrell, al que Carlos Mendo no deja de afearle su escaso interés por el juego. Tampoco Julio Anguita (conversación con Gabilondo en la SER), quien, sin apearse de su trascendencia, advierte: «No soy partidario de emplear el fútbol como sustituto de la cocaína o de la heroína». Su amigo Aznar, más optimista, proclama en Puente Viesgo: «Vamos a ganar el primer Mundial». O sea: el suyo. Lo que él no consiga...

POSDATA: Escribe Elías Cannetti: «A nada se halla el hombre tan abierto como al aire». Isabel Tocino podría contestarle que el aire tiene un precio y lo administra ella.

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