_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Bombas

Aunque estoy de acuerdo con Vargas Llosa y con Muñoz Molina en que el júbilo masivo es un espectáculo escalofriante, el júbilo tecnológico no me parece más perverso que el júbilo deportivo. El alborozo de la población paquistaní tras saberse en posesión de la bomba atómica no obedece a causas más atávicas que el alborozo de la población madrileña o argentina cuando gana su equipo de fútbol, y es independiente del grado de progreso de ese pueblo. En mi ciudad, por ejemplo, una vez han cortejado a sus gobernantes, los deportistas ofrecen el triunfo a la diosa local de la fertilidad (que encima es virgen) como si fueran hindúes. Es muy poco lo que separa a los países pobres y ricos; apenas una frágil lámina de hipocresía. Pero sus dioses ya son los mismos. La bomba, por ejemplo, es sólo una condición para que nuestros equipos de fútbol figuren con mayor frecuencia en las teles mundiales. Una vez se posee la capacidad para destruir, viene todo lo demás, es decir, el decorado: televisores, ordenadores, parques temáticos, mundiales de fútbol... La industria del ocio se apresura a vestir de payaso cultural al esqueleto de la guadaña atómica, no vaya a suceder que se espanten los adultos. Así que los adultos salen a la calle a bailar con el payaso cada vez que ganan los nuestros. Y así contribuyen a la cultura nacional.Lo realmente nuevo de las bombas islámicas es que la gran técnica, la de verdad, la militar, va esparciéndose poco a poco entre los pobres gracias a los empresarios del futuro, las mafias occidentales y orientales. Entre ambas están nivelando el planeta con mayor eficacia que todos los partidos comunistas juntos. Y sin echar sermones. Y eso sí que es un progreso. Si tenemos los mismos dioses, ¿por qué no vamos a tener las mismas armas?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_