Los autores del "rififi" de Caixa Laietana sabían que las cámaras no filmaban
No hubo topo; ni sofisticados sistemas para anular las alarmas y reducir a los vigilantes; ni tecnología punta para cegar o engañar a las cámaras de vídeo; tampoco peliculeras entradas a la cámara acorazada a través del conducto del aire acondicionado. Todo fue más sencillo, más simple: un ex empleado de Caixa Laietana informó detalladamente a los ladrones sobre los pobres sistemas de seguridad de la entidad. Pero hizo más: puso en sus manos una copia de las llaves de la puerta trasera del local y les avisó de que las cámaras de vídeo no funcionaban. La suma de todo ello dejó en las arcas de unos ladrones desconocidos un multimillonario botín.
Entre el Jueves Santo y el Lunes de Pascua, el pasado mes de abril, un grupo de entre tres y cinco ladrones profesionales, gracias a la colaboración del ex empleado, entraron como Pedro por su casa en Caixa Laietana a sabiendas de que un único guarda jurado vigilaba todo el edificio durante toda la Semana Santa y con la seguridad que da conocer al dedillo los planos de la casa y saber que no serían detectados por las cámaras de vídeo, objetos de atrezzo de una mala película de espías. La identidad de los ladrones no se conoce. Se piensa en bandas francesas o italianas, especialistas estas últimas en rififis. Pero con el sistema de entrada -más sencillo de lo que daba a entender el volumen del robo- también aquí se podría estar ante delincuentes nacionales. Los ladrones entraron por la puerta de la calle de Pujol, una calle flanqueada por los edificios del Ayuntamiento y de Caixa Laietana, situados frente a frente. Seguramente amparados por la noche accedieron a su interior sin problemas por la puerta lateral con las llaves que les había dado el ex empleado. Una vez dentro, los bandidos, a través de las escaleras de servicio, llegaron a las profundidades en las que se halla el búnker de las cajas de alquiler. Allí, en la cuarta planta del sótano, hallaron dos puertas. Una grande y otra pequeña. Con la ayuda de una gran palanca y sin la premura del tiempo -sabían que el edificio estaría casi vacío hasta primera hora del Lunes de Pascua-, reventaron la puerta pequeña, que era semiblindada. Les debió de llevar su tiempo, pero una vez logrado, apareció el camino franco. Tenían ante ellos una habitación enlosada hasta el techo con más de 600 celdillas, las cajas de seguridad repletas de dinero, la mayor parte negro, y con las cámaras de vídeo ciegas. Una bicoca que se saldó con varios miles de millones en billetes robados, ya que rechazaron todo aquello que no fuera dinero contante y sonante. Labor paciente Con ayuda de palancas pequeñas, dos de los ladrones empezaron la paciente labor de reventar una a una las cajas de seguridad. En medios conocedores del caso se señala que el hecho de que se necesiten dos personas para forzar las cajas y que sólo desvalijaran las que llegan a la altura de una persona -las más fáciles- significa que los ladrones eran pocos, disponían de escasos medios y no querían estar muchas horas en las catacumbas de la caja. El hecho de que no permanecieran mucho tiempo en la caja puede estar avalado en que no se encontraron restos -de comida, por ejemplo- de una estancia prolongada en el sótano. Dos de los ladrones se concentraron en la ardua labor de ir reventando cajas y sacar el dinero, y el resto se encargó de controlar al vigilante y de acercar las remesas de dinero a la puerta de la calle. Mientras, el guarda jurado, enfrascado en su rutina de vigilar un edificio vacío, era totalmente ajeno a lo que pasaba 15 metros por debajo de sus pies. Tan ajeno estaba el guarda, que tras desvalijar las cajas, la banda se desplazó a otra planta y reventó la puerta blindada de una sala donde se guardan monedas. Los ladrones esperarían encontrar billetes. Al no hallarlos, no le hicieron ascos a los pesados cartuchos de monedas. Y de allí, a la calle. En las cercanías tenían aparcados dos vehículos con los que se esfumaron. Si son extranjeros, atravesaron la frontera con su botín. Si son españoles, puede que también sacaran fuera la mayor parte del dinero.
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