Sainz se retrasa en el arranque del Acrópolis
¿A qué se dedica la gente en Grecia un domingo de junio con un sol abrasador? Los locales van a la playa, o se quedan en casa a comerse una moussaka, y los de fuera hacen turismo. Pero un puñado de locos al volante de sus cacharros lo pasaron ayer compitiendo en un rally.Carlos Sainz y sus colegas se enfrentaron a 132 kilómetros de pedregales, con temperaturas más allá de los 40º dentro de los coches. Fue casi cuestión de supervivencia, aunque se corrió con desenfreno. Al piloto español de Toyota le costó seguir el ritmo de los punteros y acabó la etapa séptimo, a 48 segundos del ingles Richard Burns (Mitsubishi).
La ruta del día llevó desde Atenas a Delfos, pasando por pueblos pintorescos como Thiva, Livadia y Karakolithos. Hubo sol en la salida de la Acrópolis, a nivel del mar, y fresco a 1.000 metros, en la llegada al pie del Monte Parnaso. Tal descripción, ideal para folletos turísticos, corresponde a la primera etapa del Rally Acrópolis. Y no tuvo nada que ver con una vacación, pues fue bastante más duro.
Apuros
Desde el primer tramo, Sainz pasó apuros para no descolgarse del grupo de cabeza. Primero los reglajes de las suspensiones y después un problema en el diferencial, le impidieron rodar al máximo. "No nos ha ido muy bien. He abierto la carrera y no he tenido una buena jornada. Espero que mañana no llueva", manifestó el madrileño, aunque el balance de la etapa ofreció una lectura positiva para su lucha por el título: el finlandés Tommi Makinen (Mitsubishi), uno de sus rivales, abandonó después de dos tramos por culpa de una avería eléctrica.Fue el belga Bruno Thiry quien marcó el ritmo al principio, hasta que tuvo que retirarse. Entonces Burns heredó el liderato con diferencias minúsculas: dos segundos sobre el escocés Colin McRae (Subaru) y 11 sobre el francés Didider Auriol (Toyota). Sainz acabó provisionalmente fuera de las seis primeras posiciones, las que dan acceso a los puntos, penalizado también por abrir pista y encargarse de limpiar los caminos y de colocar al numeroso público que obligó incluso a anular uno de los siete tramos cronometrados del día.
Ese mismo factor será hoy su ventaja, al partir retrasado. En los cinco tramos y 128 kilómetros de la etapa pretende recuperar parte de su desventaja. Una idea de la dureza de la primera etapa es que más de una cuarta parte de los participantes tuvieron que abandonar, exactamente 24 de los 103 que iniciaron la carrera.
En la categoría de dos litros, protagonismo absoluto de Seat, que colocó a Harri Rovanpera y Oriol Gómez en las dos primeras posiciones. Y en el grupo N, Luis Climent (Mitsubishi) era cuarto anoche.
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