El futuro de Yugoslavia se juega en las elecciones de hoy en Montenegro
Slobodan Milosevic tiene un interés decisivo en las elecciones parlamentarias que se disputan hoy en Montenegro, donde se juega mucho más que el gobierno de la república adriática satélite de Belgrado. Del resultado depende el futuro de la federación que este país de 600.000 almas, una ficción legal, forma con Serbia, el poder dominante bajo la batuta de Milosevic.
El presidente yugoslavo, que prepara la guerra en Kosovo, ha abierto un nuevo frente, político éste, para intentar mantener el control de Montenegro. La secesión de Kosovo haría a Serbia más pequeña y débil; la añadida deserción de Montenegro convertiría a Belgrado en una entidad irrelevante, sin salida al mar, y amortizaría el puesto que hoy ocupa Milosevic.Los comicios determinarán la composición de la Cámara alta del Parlamento yugoslavo. Pese a que Milosevic maneja el Legislativo como su finca particular, Montenegro elige constitucionalmente a la mitad de los diputados de esta Cámara, 20, que tiene derecho de veto sobre la de los representantes, controlada por los ex comunistas del presidente y sus aliados fascistas de Vojislav Seselj. El líder serbio necesita los votos de los diputados montenegrinos para reformar la Constitución y dotar de contenido a su cargo, legalmente una cáscara vacía.
Dos hombres que eran correligionarios, dos partidos nacidos de una escisión ex comunista, se disputan el poder en Montenegro, con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) como árbitro. Uno es Milo Djukanovic, antiguo aliado de Milosevic, de 36 años, convertido aparentemente al reformismo, que se alzó en octubre pasado con la presidencia del país y a quien Occidente apoya firmemente como mal menor. Desde que tomó posesión en enero, el foso entre Podgorica y Belgrado no ha dejado de agrandarse. Milosevic acusa a su ex discípulo Djukanovic -que le ha llamado «enterrador de Yugoslavia» y pretende manos libres para democratizar Montenegro y alejarlo de la madrastra Serbia- de hacer el juego a las potencias occidentales y alentar la rebelión independentista de la mayoría étnica albanesa de Kosovo.
El otro es Momir Bulatovic, de 41 años, títere de Milosevic en la república satélite y derrotado por Djukanovic en las presidenciales de octubre de 1997, unos comicios cuyo resultado Belgrado no reconoce.
(Tres soldados del Ejército yugoslavo resultaron muertos el viernes en Morina (Kosovo) al estallar una mina antipersonas colocada por «terroristas» albano-kosovares, según un comunicado oficial citado por la agencia. Ocho civiles albaneses y uno serbio murieron también en incidentes separados.)
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