La dirección de Esquerra Unida logra imponer por sólo 27 votos el nuevo nombre

Por los pelos: 362 votos contra 335, y 58 abstenciones, fue el resultado de la votación que decidió que Esquerra Unida i Alternativa (EUA) sea el nombre de la fuerza que se reclama como referente de IU en Cataluña. La denominación, propuesta por el equipo gestor, exigió que éste se emplease a fondo. Quienes proponían Unitat d"Esquerres -anterior denominación- denunciaban una actuación poco democrática y un chantaje a la asamblea para que optara por la propuesta de la dirección. El congreso de EUA se celebra en La Farga de L"Hospitalet y termina hoy.

La discusión del primer artículo de los estatutos de la nueva formación mostró a las claras que allí había gente de "muy diferente procedencia", para decirlo en palabras del ponente, Celestino Sánchez, del PCC. Sánchez, un orador de la escuela del mitin, fue el encargado de defender un nombre que buena parte de su partido rechazaba. Un ejemplo: Marià Pere, máximo dirigente del PCC, no levantó la cartulina del voto ni a favor del sí ni del no. Tampoco cuando tocó el turno a la abstención. El resultado final es contundente: la suma de votos en contra (335) y abstenciones (58) supera la de votos a favor (362). Pero más contundentes fueron las intervenciones que defendían que la formación se llamara Unitat d"Esquerres. Domingo Mena, de Sabadell, aseguró que si el nombre no salía era porque el congreso estaba "secuestrado" por el grupo de promotores del mismo. Criticó lo que, en su opinión, era la usurpación de la "soberanía de las bases" y habló de "presión y chantaje" con una vehemencia más que notable. Su intervención se cerró con una nutrida ovación y no pocos pitos. Algunos, los menos, proferían gritos a favor y en contra del ponente. Era una algarabía que terminó cuando desde el fondo se empezó a gritar lo que no había: "Unidad, unidad". El enemigo La propuesta que, sin embargo, se llevó la peor parte fue la de Miguel Zanón, de Tarragona. Zanón reivindicaba, pura y simplemente, la continuidad entre Cataluña y el resto de España, es decir, que la formación se llamara Esquerra Unida-Izquierda Unida (EU-IU). Obtuvo 72 votos y 558 en contra. El final de la intervención de Domingo Mena no fue el único momento en el que los congresistas se expresaron a grito pelado. Celestino Sánchez estaba defendiendo la postura oficial y, para hacerlo, aseguró que el "enemigo" era el PP y también CiU. "Y los socialistas y el fascismo", gritaron algunos. A la segunda alusión, Sánchez recogió el testigo, pero a bote pronto se los quedó mirando, se encaró con ellos y presentó sus credenciales de viejo militante antifranquista. Fue uno de los pocos instantes en los que el silencio dominó sobre los gritos y susurros. Sánchez no renunció a explicar en qué tradición se enmarca la nueva formación al afirmar que la relación que mantendrá la nueva formación con IU es "la misma que han mantenido los comunistas de Cataluña con los del resto de España y que ha dado buenos frutos". Al cierre de esta edición se estaba votando la dirección. Un nuevo punto de fricción. En un primer momento se pretendía que Antoni Lucchetti fuera el coordinador general y Marià Pere ocupara la presidencia ejecutiva. La propuesta topó con el rechazo del líder del PCC, que se negó en redondo pese a las más que evidentes presiones que recibió ayer mismo. El congreso debatía el programa y, junto a la tarima, Víctor Ríos, Lucchetti y Ramón Luque trataban de convencer a Pere de que aceptara el nuevo cargo, ante la negativa obstinada de éste, quien más tarde aseguró: "Ni que me quemen acepto". Mantuvo su palabra y el candidato a presidente (hoy se conocerá el resultado final de las votaciones hechas anoche) fue el responsable de relaciones exteriores del PCC y concejal de Castelldefels Juan Manuel Patón. El congreso será clausurado hoy por Julio Anguita.