La protesta de los controladores obliga a cancelar más de un centenar de vuelos
La negativa a hacer horas extras durante 48 horas iniciada ayer por los 1.441 controladores aéreos españoles colapsó la actividad de algunos aeropuertos, principalmente los de Madrid y Barcelona. Fueron cancelados más de un centenar de despegues o aterrizajes. Para el resto, el retraso medio fue de casi dos horas, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Sólo en Barajas, casi 11.000 personas sufrieron demoras. Los controladores exigen 700 nuevas contrataciones. Consideran que la plantilla actual no puede con el tráfico, lo que les obliga a trabajar unas 470.000 horas extras al año.
, De 360 vuelos nacionales e internacionales que operaban ayer en Barajas, el 70% llegó o salió con retraso. El promedio de demora de los vuelos, que a las ocho de la mañana era de una hora, había pasado a 92 minutos a las seis de la tarde, y la situación tendía a empeorar. Un total de 87 vuelos fueron cancelados -52 salidas y 39 llegadas-, y la frecuencia normal de 50 operaciones por hora en Barajas (Madrid) y El Prat de Llobregat (Barcelona) quedó reducida a 30.El caos, que sólo en Madrid afectó a casi 11.000 personas, fue provocado por la negativa de los 1.441 controladores aéreos españoles a hacer horas extras ayer y hoy. El sindicato USCA, que agrupa a la mayor parte de estos profesionales, sostiene que son necesarias 700 nuevas plazas, y que la falta de personal les obliga a trabajar unas 470.000 horas extras al año.
"No estamos en huelga", dice Eleodoro Rodríguez, secretario del sindicato. "Los trabajadores han acudido a cubrir sus turnos, lo que sucede es que en un turno en el que hay 18 o 20 controladores harían falta 30. Los controladores sólo han dejado de hacer horas extras, y eso no puede considerarse una huelga", añadió.
El sindicato y AENA están en este momento negociando el convenio colectivo. AENA propone que los controladores sumen cuatro horas más a su semana laboral, que actualmente es de 30 horas, durante los próximos cinco años.
Las horas que hoy se computan como extraordinarias pasarían a ser ordinarias. Los controladores están dispuestos a "arrimar el hombro", como dice Rodríguez, pero no por un millón de pesetas más al año como ofrece AENA, sino por cerca de tres millones por empleado, que es el cálculo de lo que ganan en la actualidad por el pago de las horas extraordinarias.
La sociedad pública que gestiona los aeropuertos españoles afirma que su objetivo es conseguir un convenio que flexibilice las condiciones de trabajo, ya que la incorporación de nuevos controladores se está produciendo, según AENA, al ritmo que el sistema permite. Esto equivale a la contratación de 96 nuevos controladores por año desde 1996.
Barcelona y Palma
La huelga de celo ocasionó importantes trastornos en el aeropuerto de El Prat, que fueron en aumento a medida que avanzaban las horas y los retrasos en las operaciones se iban acumulando en la misma medida en que el descontento de las personas que esperaban la llegada de su vuelo o descendían por fin de los aviones. Así, mientras que el índice de puntualidad era del 71% a las diez de la mañana, a media tarde sólo el 19% de los aviones llegaba o partía de las pistas de El Prat a la hora prevista.La mayoría de los 635 vuelos programados para ayer se vieron afectados por la medida de protesta de los controladores aéreos. Los retrasos se produjeron en todos los ámbitos del tráfico aéreo -tanto en los vuelos domésticos como en los internacionales-, aunque fue en el puente aéreo Madrid-Barcelona donde más se hizo notar la huelga, al menos en cuanto a operaciones abortadas. De los 24 vuelos cancelados hasta media tarde, gran parte correspondía al trayecto entre ambas capitales.
Aunque el retraso medio era de 76 minutos a las seis de la tarde, algunos vuelos superaban con mucho esa demora, especialmente los que tenían que despegar desde El Prat. La palma se la llevaron los vuelos con destino a México y Panamá, que despegaron con ocho horas de retraso. Los pasajeros que partían hacia Amsterdam tuvieron que esperar cinco horas, y los que iban con destino a Múnich, cuatro.
En el puente aéreo se registraron demoras de hasta tres horas, informa desde Barcelona Manel Torres. La peor parte en las llegadas se la llevaron los vuelos procedentes de Manchester (Reino Unido), Viena (Austria), Dublín (Irlanda) y Granada, con retrasos de más de tres horas.
En el aeropuerto mallorquín de Son Sant Joan, en el que ayer estaban programados 366 vuelos, 30 se vieron afectados por la protesta de los controladores. Veinticinco vuelos desde Madrid y Barcelona fueron suspendidos, y los retrasos máximos superaron las dos horas, aunque el promedio fue de 80 minutos, informa Andreu Manresa.
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