El PP hará campañas distintas y por sectores en cada provincia vasca

El PP dio el pistoletazo a su precampaña de las elecciones autonómicas vascas, fijadas para el 25 de octubre, con el mitin de José María Aznar en Vitoria en el que proclamó a Carlos Iturgaiz como su candidato a lehendakari. Sus estrategas han dividido este proceso temporalmente en tres asaltos, con estilos y objetivos distintos en cada provincia, y con cientos de pequeños actos sectoriales, evitando los grandes mítines, para que su mensaje cale mejor. Los analistas populares, tras cotejar encuestas propias y ajenas, están expectantes ante la caída electoral de EA y Unidad Alavesa para especular sobre sus posibilidades.

El pasado día 9, con el mitin de Vitoria y con casi seis meses de antelación a la fecha de las elecciones, el PP se puso en campaña en Euskadi. El perfil de esta operación política está dibujado al detalle por parte del comité de estrategia electoral montado por la dirección nacional del partido. Ese comité se ha reunido varias veces en las últimas semanas en la sede central de Génova, 13, para pulir los últimos detalles. Mientras tanto, Carlos Iturgaiz ha comenzado a cumplir sus compromisos. Semanalmente, protagonizará un acto sectorial en cada una de las provincias vascas y a diario multiplica su presencia en numerosas comparecencias. Ministros y dirigentes nacionales serán incluidos habitualmente en esa agenda de trabajo, tanto para actividades internas como para explicar las medidas más relevantes adoptadas por el Gobierno.El PP ha programado, en realidad, tres campañas distintas a ejecutar en otras tantas fases. Cada una, con un coordinador especializado por provincia. La dirección quiere particularizar los mensajes y los proyectos a ofrecer según la zona geográfica de cada localidad y el sector afectado. "Tenemos claro que en Euskadi no tiene nada que ver lo que se le puede decir a alguien en un pueblo de Guipúzcoa con lo que se debe prometer a una persona del sur de Álava", razonan los populares.

Habrá un tipo de actividad política hasta el verano, otro hasta mediados de septiembre y una final, más clásica y de contenido claramente electoral, coincidiendo con la campaña oficial.

Los especialistas del PP han huido de los grandes y medios auditorios. Habrá pocos mítines en la precampaña del PP. "El proyecto que tenemos que ofrecer, con ideas propias, precisas y concretas para cada problema, no tendría sentido explicarlo ante un gran aforo, sino en un grupo de expertos o de personas interesadas en esa cuestión", argumenta uno de los máximos responsables del comité electoral.

Desde la dirección nacional del PP se asume que éste, el de la cercanía y los pequeños auditorios, es el mejor criterio para afrontar la campaña vasca y se niegan a asumir que ese estilo se haya impuesto ante el temor a atentados terroristas. Aseguran que ese factor no ha tenido nada que ver.

Por otra parte, el programa electoral ya está cerrado. Las listas autonómicas, prácticamente, también. En ninguno de esos dos procesos se presumen complicaciones ni grandes novedades. Los cabezas de las candidaturas por cada provincia son conocidos: Carlos Iturgaiz, en Vizcaya; Ricardo Hueso, en Guipúzcoa, y Ramón Rabanera, en Álava, y el resto de los puestos se llenarán con criterios de continuidad.

La dirección del PP esperará unas semanas para cerrar la contratación de una nueva encuesta propia sobre el escenario político vasco. Ya dispuso de otra el pasado mes de diciembre y ha trabajado también sobre las ofrecidas en los últimos tiempos por los medios de comunicación privados y el propio Gobierno vasco.

Los estrategas populares ven el panorama con optimismo y expectación. Sus sondeos reflejan cierta estabilidad del voto en sus principales competidores en esas elecciones, el PNV y el PSE, y luego caídas y subidas desconcertantes en las filas de EA, UA y HB. "Nuestros expertos concluyen que el voto del PNV no cae y que nuestras posibilidades tienen una relación muy directa con cuál pueda ser al final el descenso de Eusko Alkartasuna y Unidad Alavesa", indica un responsable del PP.

En cualquier caso, el PP asume que es difícil que su papel vaya a cambiar mucho tras las elecciones. Aguarda que las tres formaciones del tripartito se volverán a poner de acuerdo y que estará de nuevo en la oposición, pero, eso sí, con más fuerza.