Pastrana afirma desconocer si hubo irregularidades en la gestión de UGT en Málaga

"Son denuncias que ha hecho una de las partes y yo no tengo la más mínima constancia de que existan", aseguró ayer en Jaén el secretario regional de la UGT, Manuel Pastrana, en alusión a las supuestas irregularidades denunciadas por Juan Antonio Triviño, hasta hace unos días secretario de la agrupación sindical en Málaga. Según Pastrana, los denunciantes plantearon tiempo atrás esta situación "a los órganos que dentro de la UGT se encargan de hacer esas investigaciones y ellos se pronunciarán". Pastrana cree que la crisis se solventará en el congreso provincial: "los delegados decidirán quién tiene que ser el equipo y elegirán a quien consideren que responde mejor a los intereses de los trabajadores de Málaga". Una cita que se ha aplazado dos meses para atemperar el enfrentamiento entre la Federación de Servicios Públicos (FSP) y el sector oficial. El papel de la cúpula regional en este proceso debe ser, según su máximo dirigente, "facilitar el diálogo entre los compañeros" para que resuelvan "las oposiciones que mantienen". Desde la dirección de UGT-Andalucía, aseguró Pastrana, no se darán indicaciones ni se apostará por candidatos, en la medida en que "es la gente de la organización en Málaga la que tiene que decidir". Pastrana se centró en el congreso que ayer se celebró en Jaén, para establecer las prioridades de próximas reuniones del sindicato en el ámbito provincial: "los problemas de los trabajadores y las propuestas que hace UGT para resolverlos". Sin embargo, en Jaén no ha sido exactamente ese el tono del cónclave ugetista, donde se han reproducido divisiones ya percibidas en otras provincias e incluso en la federación andaluza. Bernabé Díaz, tras ocho años al frente de la federación jiennense, obtuvo un varapalo final al conseguir sólo el 50% de los votos favorables para su balance de gestión. Eso sí, su candidato, el representante de la FSP, Manuel García Lázaro, consiguió el 69,7% de los apoyos (136 sufragios), frente a los 50 votos que consiguió Antonio Cueva, secretario de la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT), que encabezaba el sector crítico.