"No estoy en una intriga sino en una apuesta de ilusión"
, Viene cansada, corriendo. Se disculpa. Habla por dos teléfonos a la vez. Se entera ahora -y se le demuda el gesto- de la muerte de Ricardo Franco. "¡Ay, qué horror! ¡Con lo que yo le quería! Y aquella vez cuando le detuvieron en el festival de Benalmádena, aquel año, cuando levantó el puño al recoger aquel premio...". Cristina Almeida, presidenta de Nueva Izquierda -44 años en Madrid y no ha perdido el acento extremeño-, es la aspirante de Nueva Izquierda y del PSOE a la presidencia de la Comunidad madrileña. Gracias a un pacto que cuestionan guerristas, Izquierda Socialista y algunos borrellistas. Dice que no entiende nada y que sí, que tiene una sensación como de "tristeza, como dolida".Pregunta. La que se ha liado, con su candidatura, ¿no?
Respuesta. Políticamente creo que era una apuesta difícil. A nosotros nos parecía un acuerdo muy generoso por parte del PSOE, pero también, aunque seamos un partido pequeño, una apuesta por nuestra parte para poder hacer efectiva la unidad. Nosotros queríamos que no se perdieran votos de izquierda. En unos sitios más o en otros menos, sabemos que tenemos nuestro tirón y no queríamos que se desperdiciara. Por eso, el pacto nos parecía ilusionante. Nos parecía un paso más en el proceso abierto en el PSOE con las primarias. Yo no tenía ninguna pretensión de ir a la Comunidad. Las dos direcciones me lo propusieron y yo, la verdad, me animé con esta historia. Luego, todo lo que se ha desencadenado... Hombre, no creo que lo haya desencadenado yo. Lo ha desencadenado un pacto que se está criticando en un proceso de tensiones dentro del PSOE.
P. ¿Usted creía que el PSOE le apoyaba?
R. Desde luego. Lo que sí quiero decir es que tenía un sentimiento de apoyo. Yo me había encontrado con Juan Barranco en la manifestación del "medicamentazo" y nos habíamos abrazado y me dijo: "Juntos por Madrid". Me había encontrado a José Borrell en el Primero de Mayo y me comentó lo mismo. Había hablado con Almunia... Tenía un sentimiento de apoyo.
P. Y ahora, ¿cómo se siente?
R. Hombre, me siento triste, porque por unas peleas internas acabe una idea en la que yo me había ilusionado, y que notaba que había ilusionado a mucha gente. Me siento triste, dolida, sí, por la postura de los socialistas...
P. Mañana se reúne el comité regional de los socialistas madrileños para hablar del tema. ¿Qué espera de esa reunión?
R. Siento un profundo respeto por las decisiones que adopten otras fuerzas. Lo único que me gustaría es que los militantes socialistas sepan que en mí no hay ningún interés en quitarles oportunidad democrática alguna. Yo creo en la democracia de todos y para todos. Y, por lo tanto, les deseo que lo decidan con libertad y con ese afecto que distingue a las izquierdas. Yo no estoy aquí en una intriga de desunión, sino en una apuesta de ilusión. Se puede compaginar el derecho a la crítica y el derecho a la discusión política sin mermar la ilusión de la ciudadanía.
P. Alfonso Guerra usa munición gruesa para atacarla, dice que usted es una tránsfuga...
R. Ahora están intentando no sólo discrepar políticamente dentro de su organización, sino que algunas personas están yendo hacia el ataque personal. A mí hay cosas que no me afectan cuando vienen de la derecha, pero sí me afectan cuando vienen de gentes como Alfonso Guerra. Yo no me considero tránsfuga de mis ideas en ningún sentido. Precisamente porque siempre he luchado por las mismas cosas. Siempre he estado en el mismo lado. A lo mejor, no con las mismas siglas, porque no me lo han permitido, porque me han expulsado. Pero siempre con las mismas ideas. Cuando oigo hablar a Pablo Castellano de intrigas y pactos... me produce tristeza porque yo no he estado nunca en esos juegos. Lo de tránsfuga... Ni el PCE, ni el Pasoc, Ni Izquierda Republicana, ni nadie en IU se ha sometido jamás individualmente a unas primarias. Quiero decirlo de una vez. Yo fui a las elecciones por Izquierda Unida como corriente Nueva Izquierda. No soy una tránsfuga.
P. Tal vez lo que pasa es que muchos socialistas se preguntan qué aportan ustedes al PSOE.
R. Bueno, lo primero es que Nueva Izquierda suma a la izquierda. A lo mejor suma poquito o, a lo mejor, más de lo que algunos piensan. Pero suma. Lo suficiente para que no se pierda la ilusión de la izquierda. Y no verlo así, es un error. Nosotros sumamos, no dividimos. Y eso es lo importante. Ni vetamos a nadie, ni queremos ponernos en contra de nadie, sino unirnos. Izquierda Unida tiene que jugar un papel de lucha abierta por la unidad. Yo creo que hasta ahora ha jugado formalmente por la unidad. Hasta en el debate del estados de la nación, con lo positivo que fue el mensaje de Julio Anguita, lo hizo de una forma tan fría que parecía una apuesta en el vacío. Yo creo que en IU de Madrid hay más cuerpo de unidad. Ángel Pérez [secretario general de IU de Madrid] sabe que Nueva Izquierda hemos sido un apoyo para romper la dinámica de no hacer pactos. Aquí se han hecho y yo creo que satisfactoriamente. Que sepan que iremos a acuerdos con ellos.
P. Pero ¿qué ha cambiado? ¿Tienen algo que ver las primarias y la victoria de José Borrell?
R. Han influido muchas cosas. Ha influido que ha pasado una etapa de hegemonía de una izquierda sobre los demás. Una época que yo creo que ha sido de no entendimiento. El PSOE también ha perdido esa fuerza del aparato como elemento decisorio de todas las cuestiones electorales, con poca participación. Y se ha abierto una etapa de esperanza, de afán de lograr una salida colectiva. Este pacto es el segundo paso de la ilusión iniciada con las primarias.
P. Pero se puede pensar que, además de ser un paso en la ilusión, es un paso hacia el PSOE.
R. En absoluto. Si hubiéramos querido ir al PSOE nos hubiéramos metido en el PSOE. Nosotros somos un grupo. Seremos más o menos pequeños, pero tenemos claro que queremos seguir en la izquierda, independientes. No en el PSOE. Ser elemento dinamizador de la gente progresista. Yo no quiero que me absorba nadie. Nosotros le decimos al PSOE: Mire usted, nosotros vamos con ustedes hasta donde sea, pero no nos hacemos militantes socialistas. Ni pasamos unas primarias, ni nada. Para eso hacemos nuestras primarias en Nueva Izquierda, que tendremos que hacerlas. Y si no hay pacto, yo no voy a ir de candidata por Nueva Izquierda. No es verdad. Si el pacto se rompe, a lo mejor yo me paso a la alcaldía o a candidata a presidenta del Gobierno.
P. ¿A dónde se iría usted?
R. Si hago lo que me pide el cuerpo... no lo sé. En este momento, el cuerpo me ha pedido presentarme a la Comunidad, pero por la ilusión de la unidad. En otras circunstancias, no lo sé. Yo he estado en el ayuntamiento, con Joaquín Leguina, por cierto. No lo tengo decidido. Individualmente, puede ser una decisión egoísta; colectivamente siempre será más interesante, aunque tenga un coste personal mayor.
P. Usted, ¿se siente socialmente apoyada?
R. Me siento socialmente y afectivamente querida, porque la gente me lo dice. Si el apoyo luego se traduce en votos, ya se verá. En cualquier caso, me siento apoyada y querida por mucha gente.
P. ¿A usted qué le parece ese referéndum al que le somete el domingo el comité regional de la Federación Socialista Madrileña?
R. Que el PSOE haga lo que quiera. Nosotros hemos llevado el acuerdo a nuestra dirección y lo hemos aprobado. Yo no quiero meterme en lo que el PSOE tiene o no tiene que hacer. Soy muy respetuosa con otras fuerzas y exijo para mí el mismo respeto. Durante años he dado caña al PSOE. No he cambiado.
P. ¿Qué condiciones han puesto ustedes?
R. Nosotros tendremos grupo propio. Eso les hemos dicho. Y luego, hay que empezar a pactar acuerdos programáticos. Ver en qué puntos estamos de acuerdo y en qué temas coincidimos para hacer una plataforma común. No es que, como dice Julio Anguita, hayamos hecho primero pactos de listas y luego programas. No. Es que antes de aproximar nuestras posturas hemos tenido que decidir si estábamos dispuestos a ir juntos. Y de ahí buscaremos las coincidencias para hacer nuestro programa conjunto. No porque ninguna de las dos fuerzas renuncie a sus ideas, sino porque hay que buscar lo que nos une y las cosas que nos permitirán una plataforma única.
P. ¿Qué mensaje lanza usted a los madrileños?
R. Que Madrid se merece tener un Gobierno de ilusión, y no de cuentas y de agujeros -aunque sean de aparcamientos-. Que Madrid necesita una cultura mucho más vitalista, necesita más tolerancia, que necesita más educación libre y liberadora, más solidaridad. Y eso se tiene que lograr con todas las fuerzas. Apostar por ello es garantizar la felicidad de todos.
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