"La música está por encima. No nos interesa el éxito comercial"
La música tradicional se resiste a sobrevivir limitada por el estrecho corsé del inmovilismo. Notable ejemplo de tal insurrección es Capercaillie, conjunto escocés que rehabilita el legado cultural celta adaptándolo, en la medida de lo posible, a los tiempos que corren. Así, la experimentación con avanzados sonidos contemporáneos y la hermanación de culturas es ingrediente habitual en la producción de un grupo que lleva ya 14 años al pie del cañón y cuya música ha sido utilizada en campañas publicitarias, documentales televisivos y largometrajes. Hoy, a partir de las 21.30, presenta su última creación, Beautiful wasteland, en el teatro Coliseo de Bilbao. Como artistas invitados comparecerán Hijas del Sol y Michael McGoldrich. En nombre del grupo escocés contesta su integrante Donald Shaw. Pregunta. ¿Qué puede contar de Beautiful wasteland? Respuesta. Es un poco una vuelta a las raíces de Capercaillie, dejando el rollo más pop y entrando mucho más en la world music. Especialmente con la colaboración de Hijas del Sol, que intervienen con temas africanos por la idéntica razón de las canciones: tanto los celtas como los africanos hacen canciones de trabajo, que suenan en campos y minas. Eso mueve el álbum hacia las nuevas músicas. Aparte, es mucho más celta, como una vuelta atrás en la carrera de Capercaillie, y, al mismo tiempo, se sigue la línea ya que es un disco muy contemporáneo. P. ¿Por qué se recluyeron en Andalucía para grabarlo? R. Porque la gira europea del año pasado la terminamos allí. Hacía buen tiempo y al grupo le apetecía unirse en medio del campo, en las montañas, con buen ambiente, buena comida... Era un poco como un retiro y Andalucía en esa época, hablo de marzo, es probablemente el sitio de Europa con mejor clima. P. ¿Les gusta la música española? R. Sí. Obviamente, me resulta más familiar la música que se hace en Galicia y Asturias, pero me he encontrado con algo de flamenco y compositores que me gustan bastante. Del País Vasco también me gusta Kepa Junkera. P. ¿Cuáles son las influencias de Capercaillie? R. Como grupo, lo que más nos interesa es la fusión de la world music, del folk. Luego, cada miembro escucha una cosa, hay mucha gente con raíces muy diferentes, pero donde estamos más unidos es en el gusto por el jazz. P. ¿Experimentar con sonidos modernos les enfrenta con el sector más purista del folk? R. En este momento no. La nuestra es una carrera larga donde la gente ya espera que experimentemos y fusionemos. Si no lo hiciéramos, la gente se extrañaría. Los puristas ya saben que no tienen que comprar un disco de Capercaillie, porque se encontrarán con eso. P. ¿Qué opina del actual auge de la música celta? R. Bueno, tiene una parte buena y una mala. La buena es que empuja a los jóvenes a intentar experimentar con la música celta y a aprender a tocar la música tradicional. La mala es que hay muchas compañías discográficas que, sin ningún tipo de criterio, sacan grupos que realmente no son buenos músicos ni tampoco buenos compositores. P. ¿Cantar en gaélico no supone una traba comercial? R. Lo cierto es que no nos interesa el éxito comercial. Por encima de ello está la música. El gaélico es más bien mi segunda lengua, pero esas canciones las ha aprendido Karen [Matheson, cantante del grupo] desde niña, hemos crecido con ellas. P. Aparte de Escocia, ¿dónde es más receptivo el público con su música? R. Todo el mundo es diferente y, de alguna manera, bueno. Pero, en general, nos acogen mejor en aquellos países donde la forma de vida es un poco más liberal: Italia, España, Australia... P. ¿Cómo es un concierto de Capercaillie? R. No sé cómo es, pero sí sé cómo quiero que sea: una experiencia dentro de la música celta. Que la gente se vaya no sólo habiendo pasado un buen rato, sino asimilando algo nuevo. P. Tras 14 años de carrera, ¿qué les queda por conseguir? R. ¡Dormir! No, cuantos más años pasan se convierte más en un reto y más influencias han sido aceptadas por la banda y la música que hacemos. Al final, de lo que se trata es de que continúe el máximo tiempo posible. P. Al estilo vocal de su cantante y esposa, Karen Matheson, le llaman mouth music. ¿Qué es exactamente? R. Después de la rebelión jacobea, cuando los ingleses tomaron Escocia en el siglo XVI, lo primero que quisieron hacer fue eliminar su cultura. Por eso prohibieron el uso de instrumentos para hacer música celta, especialmente las gaitas. Entonces, como un sustituto empezaron a hacer música con la boca, a imitar con ella el sonido de los instrumentos.
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