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Los grupos parlamentarios alertan del rebrote de la violencia "ultra" en la región

Jan Martínez Ahrens

Los tres partidos con representación en la Asamblea coincidieron ayer en su diagnóstico de la violencia ultra. PP, PSOE e IU sostuvieron que las agresiones de signo fascista y neonazi, tras un sensible descenso en los dos últimos años, han registrado en 1998 un peligroso repunte. Ejemplo de este renacer lo dio el motivo mismo de la comparecencia del consejero de Presidencia, Jesús Pedroche, quien defendió la actuación de la Comunidad tras los incidentes originados en una reunión del franquista Movimiento Católico Español en el albergue regional de Cercedilla.

La reunión del Movimiento Católico Español, un grupo franquista entre cuyos postulados figura, como destacó Pedroche, el fin de la democracia y del sistema de partidos, se celebró el primer fin de semana de mayo. A la residencia acudieron 17 ultras, en su mayoría menores, con la intención de fundar la rama juvenil del citado partido. La reunión, que coincidió con una visita de niños tutelados, originó todo tipo de incidentes, desde el uso de esposas en unos ejercicios de autodefensa hasta un desfile uniformado y la exhibición con banderas preconstitucionales en la plaza de Cercedilla que acabó con insultos al alcalde por pedirles su retirada.Estos hechos motivaron la destitución del director del albergue por "dejación de funciones" y la interpelación parlamentaria al consejero de Presidencia.

Evitar repetir los incidentes

En su comparecencia, Pedroche efectuó un minucioso repaso de los incidentes y concluyó que su Gobierno había adoptado las medidas necesarias para evitar su repetición. En este sentido, el consejero recordó que las diligencias instruidas por el caso han sido facilitadas a la fiscalía para que ésta determine si los ultras cometieron delito."Si se abren diligencias penales, la Comunidad se personará, y si no, nuestros servicios jurídicos buscarán fórmulas para denunciar a estas personas", añadió Pedroche. En este sentido, la Dirección General de la Juventud, de la que dependen los albergues regionales, ha abierto un expediente para determinar si es posible impedir la entrada del citado movimiento a su red.

Pero estas respuestas no bastaron. La oposición criticó sin paliativos que se hubiese permitido celebrar en un centro público una reunión de carácter político y antidemocrático y arremetió contra la falta de energía de la Administración regional a la hora de atajar estos brotes. En este sentido, el diputado de IU Adolfo de Luxán exigió que, para disipar dudas sobre su rechazo al fascismo, el Gobierno regional denunciase los hechos ante el juez.

El representante socialista Javier Ledesma insistió en que los incidentes habían destapado la ausencia de filtros del Gobierno regional para detectar reuniones de este tipo en casa propia, y señaló que en el entorno del PP había elementos tolerantes con este tipo de manifestaciones. Ya en los pasillos, los socialistas criticaron la lentitud del PP a la hora de poner en marcha el denominado Observatorio contra la Violencia.

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Repulsa sin ambages

Pedroche encajó con tranquilidad las censuras de la oposición, repudió sin ambages lo ocurrido y buscó el encuentro con el PSOE e IU, al reconocer que se había registrado un repunte de la violencia de los grupos ultras. Para ello sacó a relucir los mismos datos que el parlamentario socialista había facilitado minutos antes. Unas estadísticas, basadas en informes del Movimiento contra la Intolerancia, que señalan que en lo que va de año se han registrado 64 agresiones de este tipo (18 de skins, 27 de bakaladeros, 4 de hinchas de fútbol, entre otras), la última el pasado 9 de mayo, cuando unos fascistas golpearon a seis jóvenes en el parque del Oeste -entre otros motivos, por negarse a cantar el Cara al sol-. Esta cifra de agresiones en cinco meses contrasta con las 82 registradas en todo 1997 (166 en 1996 y 207 en 1995).

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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