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Amplio apoyo a Ruiz, que pide eficacia y alerta a la Universidad de Valencia contra la burocratización

"Profundizar en el funcionamiento democrático", pero también buscar "una mayor eficacia en la gestión y un incremento de la productividad y de la calidad", luchando contra la burocratización, fueron los mensajes que Pedro Ruiz Torres, catedrático de Historia Contemporánea, lanzó ayer poco antes de ser reelegido rector de la Universidad de Valencia por 222 votos a favor y 85 en blanco. Ruiz, que se presentaba en solitario, superó ampliamente la mayoría absoluta necesaria para su proyecto progresista. Sólo la derecha universitaria y sectores radicales de alumnos le negaron el apoyo.

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El nuevo equipo

La satisfacción de Ruiz tras conocerse el resultado de la votación se fundamentaba, como él mismo explicó, en haber conseguido una mayoría muy clara, superando ampliamente la mayoría absoluta de los 381 miembros del claustro de la Universidad de Valencia que resulta necesaria en la primera vuelta. El rector, que inicia su segundo mandato, recordó que hace cuatro años, cuando se enfrentó a Francisco Tomás, tuvo que concurrir a una segunda vuelta. "Hemos logrado ampliar aquella mayoría", dijo Ruiz, quien destacó el gran consenso obtenido. De hecho, en el nuevo equipo rectoral figura el propio Francisco Tomás como vicerrector, en lo que es un emblema de ese ensanchamiento del apoyo a la línea progresista que ha marcado la vida de la Universidad de Valencia. Ruiz insistió en su discurso ante el claustro en las líneas maestras de su programa, -culminar los proyectos de infraestructuras que afectan a los tres campus de la Universidad, mejorar las condiciones de estudio y de trabajo, llevar a término la la reforma académica y administrativa, mejorar las políticas de investigación y docencia y acentuar la proyección de la institución hacia la sociedad-, pero introdujo elementos de autocrítica y de renovación bastante significativos. "La Universidad de Valencia ha de dejar atrás viejos prejuicios de un pasado que la subordinaba a una concepción estatalista de la enseñanza pública e introducir una concepción más autónoma y productivista", dijo Ruiz, quien añadió que mejorar la calidad del servicio público que se presta y profundizar en la democratización de la enseñanza son componentes de "las políticas de educación más progresistas en todo el mundo". Por si habían quedado dudas, Ruiz puntualizó: "Nada tiene que ver productividad con mercantilización y privatización de la universidad y mucho con la desburocratización, la innovación y la rendición de cuentas a la sociedad. Esta adaptación es cada vez más necesaria, sobre todo si no queremos convertir la Universidad en general, y la nuestra en particular, en un parque jurásico parásito de la subvención estatal". Ruiz acabó reclamando una financiación pública adecuada, importantes cambios en el marco legal, como la LRU, el Consejo de Universidades o las directrices estatales de reforma de planes de estudios, y la configuración de un auténtico sistema universitario valenciano, en el que colaboren las cinco instituciones valencianas, en la línea que mantienen las universidades de Valencia, Alicante y Jaume I, de Castellón. Había insistido también el candidato en su intervención en la vocación de la Univerisdad de Valencia de no ser una institución cerrada en ella misma y de "mantener actitudes críticas cuando sea necesario, actitudes que a veces incomodan", haciéndose oír, cuando convenga, por los poderes públicos. Las intervenciones de los miembros del claustro pronto evidenciaron los apoyos y las desafecciones que la propuesta de Pedro Ruiz Torres cosecharía. El profesor Antoni Aucejo, de la Facultad de Químicas, abrió el turno de palabras con una solicitud de voto favorable al candidato e invitó a los claustrales a hacer abstracción de las pequeñas discrepancias de programa para que Ruiz fuera elegido con fuerte respaldo. Aucejo puso como ejemplo al rector de la Universidad de Alicante, Andrés Pedreño, quien se vio fortalecido al conseguir un amplio apoyo tras sus choques con los dirigentes del PP y con el propio presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, en la defensa de la autonomía universitaria contra la segregación forzada de algunos de sus centros. Vicente Llombrat, de Medicina, sin embargo, pidió explicaciones a Ruiz por unas recientes declaraciones, en las que, según su interpretación, el candidato expresó posturas políticas personales. Llombart no explicitó su voto. Sí que lo hizo Alícia Toledo, de la Assemblea d"Estudiants Nacionalistes, quien anunció que su grupo no apoyaría a Ruiz y criticó con dureza la política lingüística y la gestión del equipo de Ruiz. Se sucedieron después las intervenciones a favor y en contra, pero la tónica había quedado fijada: amplio respaldo de los sectores progresistas de diverso signo y abstención y críticas de la derecha universitaria y de algunos colectivos estudiantiles.

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