"Es irrenunciable la exclusiva de las selecciones nacionales"
Pedro Antonio Martín, secretario de Estado para el Deporte, cumple dos años de mandato. En ese corto periodo ha tratado de darle su toque personal a la gestión del Deporte: no le gusta intervenir en los conflictos y prefiere hacerse un prestigio como mediador si le llaman las partes. Pero Martín sí ha tenido la tentación de hacer una ley, cuyo borrador lleva largo tiempo a la espera de entrar en el Parlamento.Pregunta. Usted cumple dos años al frente del Deporte. Y en estos dos años no se puede decir que ustedes hayan emprendido un nuevo programa.
Respuesta. Hemos demostrado que hemos traído un nuevo talante al Deporte, acreditado a lo largo de estos dos años por una capacidad de diálogo, del acuerdo y del protagonismo de los agentes. Los frutos de esta política están a la vista de todos. Hemos emprendido una política mucho más liberalizadora, con seis nuevos reales decretos, en los que separamos el deporte profesional del no profesional, le hemos dado valor académico a las titulaciones de técnicos deportivos después de 15 años de espera, hemos incorporado a la Seguridad Social a los jugadores de balonmano, hemos acabado con el Plan de Saneamiento y hemos trabajado en la búsqueda de la autosuficiencia del fútbol con nuevos ingresos procedentes de la quiniela, hemos acrecentado la lucha contra el dopaje, hemos mejorado las condiciones del deportista de élite para que ningún deportista pueda marcharse de España para mejorar en su deporte y en su formación académica. Y hemos buscado una simbiosis entre dinero público y dinero privado con presencia de patrocinadores en las federaciones españolas.
P. Si el lema del Gobierno parece ser el de "España va bien" usted se encuentra con la dificultad de que el Deporte español ya iba bien. Y es más difícil diferenciar el pasado con el presente.
R. Pero el Deporte español ha mejorado y hay datos concretos. Ha habido más dinero para el Deporte español sin que le haya costado más al contribuyente y se ha gestionado mejor. Y gracias al trabajo de los deportistas y los técnicos, el deporte ha obtenido sus mejores resultados a lo largo de 1997. Pensábamos que en el Deporte español no eran necesarios unos cambios drásticos. Creíamos que necesitaba tranquilidad y sosiego. Y la mejora se ha dado no sólo en los resultados de los deportistas seniors sino también en las categorías jóvenes. Indudablemente, el Deporte español gozaba de una buena salud.
P. Usted ha tenido, como todo secretario de Estado para el Deporte, la tentación de hacer una nueva Ley del deporte. El borrador ha estado estancado durante largo tiempo por negociarse con sus aliados políticos, los nacionalistas catalanes y vascos. Esa negociación tiene un precio.
R. Rotundamente, no.
P. ¿No ha habido subvenciones a campos de golf en Cataluña, por poner un ejemplo?
R. Los principios no son negociables. El proceso de elaboración de una ley es lento y para nosotros era imprescindible un amplio consenso. Hace ya algunos meses que existe un texto y por prudencia este Gobierno no debe llevar una ley al Parlamento sin el debido respaldo. Estamos en esa fase, pero para nosotros es irrenunciable la exclusiva de las selecciones españolas en la representación internacional. Hasta que no tengamos esa garantía con esos principios no se producirá la aprobación por el Consejo de Ministros.
P. Esa ley cuándo estará en el Parlamento.
R. Aspiramos a que sea en este periodo de sesiones.
P. Siempre que se habla de separación del deporte profesional del aficionado, estamos hablando en realidad del fútbol. ¿Nos podemos creer que con ustedes la Liga Profesional va a gobernar el fútbol por encima de la federación?.
R. La prueba evidente de que buscamos esa separación clara es que incluso en la nueva distribución de los beneficios de la quiniela se reconoce un 10% de participación para el fútbol profesional y, por primera vez, una participación del deporte aficionado. Me parece bueno el modelo. Y me consta que la Liga Profesional está de acuerdo en mantener un equilibrio respecto a temas como el arbitraje.
P. Pero la Liga quiere libertad total para decidir, por ejemplo, con cuántos extranjeros debe jugar cada club y me da la sensación de que ustedes no les van a dejar hacer lo que quieran. Ahí no van a ser ustedes tan liberales.
R. El Consejo quiere respetar el interés general. Por un lado, que el fútbol decida cuál es el equilibrio entre jugadores comunitarios y no comunitarios y por eso se organizó una mesa en la que participó el sindicato de jugadores. Que negocien. Pero también el Consejo trabaja en Europa para que las decisiones que se adopten en Europa tengan en cuenta que el deporte no es sólo una actividad comercial. Existe deporte profesional porque existen unas canteras que educan a esos jugadores. No vamos a intervenir, pero vamos a propiciar acuerdos entre las partes
P. ¿Y cómo van a explicar que el fútbol profesional no es un negocio cuando sólo se habla de miles de millones de pesetas?.
R. Porque también existe una selección española, al que el aficionado español le demuestra una gran atención y quiere que alcance grandes éxitos internacionales.
P. ¿No es ir contracorriente ?.
R. No pretendemos modificar la sentencia Bosman. Pretendemos que en el Tratado europeo haya un reconocimiento al deporte. Aspiramos a que se busquen fórmulas de equilibrio. En España siempre ha habido grandes jugadores extranjeros, pero existe la conciencia de que todos los excesos son malos.
P. Pero luego ustedes no ponen ninguna traba a la nacionalización indiscriminada. ¿No es una contradicción?
R. Siempre que sea en interés de la selección española y en cumplimiento de la ley, el Consejo va a atender las peticiones que se hagan porque eso puede servir de emulación. Y nunca con excesos. No veo la contradicción porque se defiende la autoestima de la selección española.
P. Una de las patas de la próxima ley será el tema disciplinario. Ustedes se tachan de no intervencionistas, pero parece difícil mantener a raya a los dirigentes sin intervenir.
R. En el Deporte español hay tranquilidad. Otra cosa es que en ocasiones aparezcan situaciones conflictivas en las que el Consejo ha pretendido ser punto de referencia y aceptar las mediaciones que se han solicitado. Mediar no es intervenir. Lo que pretendemos en la nueva ley es tratar de tipificar conductas que no estaban tipificadas y adecuar las sanciones al siglo XXI. Sin en el fútbol se barajan cantidades muy importantes hay que adecuar las sanciones a estas cantidades. Se trata de ser más eficaces buscando más inmediatez en los procesos sancionadores.
P. No tiene la sensación de que con la ley de sociedades anónimas fue llegando a la presidencia de cada club lo peor de cada ciudad.
R. A cada club ha ido a parar los que voluntaria y libremente han querido los miembros de esa sociedad. Luego no debemos ni podemos decir nada al respecto. Lo que sí es verdad es que, dada la gran cantidad de dinero e intereses que hay en el fútbol profesional, se han producido desmesuras y situaciones de conflicto.
P. España se siente una potencia y eso ha transformado nuestro deporte, pero ¿hasta qué punto se están cometiendo excesos con muchos jóvenes?
R. Todos los programas técnicos que elaboramos con las federaciones tienen un primer principio que es el individuo y ahí se han tomado algunas medidas. El deporte de alto nivel siempre va a tener mayor exigencia, pero no vamos a descuidar cierto tipo de atenciones. No hay ningún deportista de alto nivel en ningún centro de alto rendimiento que no sufra un seguimiento en sus estudios. Eso se ha convertido en una exigencia. Hemos corregido defectos que hemos detectado en algunos deportes, como la gimnasia, que ya no vive en un aislamiento.
P. A usted que no le gusta intervenir le van a obligar a hacerlo en el asunto de las retransmisiones de fútbol.
R. Si me correspondiera presidir ese órgano lo haré con el mismo talante, de diálogo, de búsqueda de acuerdos y de defensa del interés general. La mal llamada ley del fútbol lo que pretende es dictar unas normas sobre el pago por visión y garantizar un derecho a la mayoría de los ciudadanos. Ese Consejo debe velar por el cumplimiento de esa ley. Es un Consejo amplio en el que deben estar presentes todos los interesados. Y siendo amplio necesariamente debe ser dirigido con ese talante.
P. ¿Y no es una trampa? De ser tan amplio, será difícil el acuerdo y se impondrá el interés general por decreto.
R. En modo alguno es un ardid. Cuanto mayor amplitud, mayor transparencia y diálogo.
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