Falta de dignidad
El hecho de que un etarra se apresure a pedir langostinos y champaña francés para celebrar una de sus heroicidades -otro asesinato por la espalda- ya nos va sorprendiendo menos, pues no es la primera vez que conocemos reacciones de este tipo, lo cual no quita que sintamos un resquemor de asco en nuestros estómagos. Sin embargo, analizando más tarde en frío esta circunstancia, uno se siente muy satisfecho de no ser así y ve la enorme distancia que hay entre la miseria y la grandeza del ser humano.Que se atiborre de langostinos y champaña, pero que sepa que no le hubiera venido mal pedir un poco de dignidad y bastante de hombría, entendida ésta como la nobleza que caracteriza a la gran mayoría de los vascos.-
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