Un Zamora con pretendientes

Molina en 1996, Songó en 1997 y Toni en 1998. El portero menos batido del campeonato no irá al Mundial. Pero su cotización ha subido como la espuma. Y el Espanyol se le ha quedado pequeño. Tiene contrato por una temporada más. Pero se da por seguro que el guardameta, al que esta temporada tan sólo han podido batir en 31 ocasiones en los 37 partidos que ha disputado, cambiará de aires. Si no lo hace ahora porque su próximo club no esté dispuesto a abonarle al Espanyol 800 millones de pesetas por su cláusula de rescisión, lo hará con completa libertad para negociar el contrato que mejor le parezca en el verano de 1999. Varios de los mejores clubes españoles lo tienen en su punto de mira, entre ellos en el que se formó, el Barcelona, del que fue descartado porque Johan Cruyff no creía que sus características técnicas se adaptaran al estilo de juego azulgrana.A sus 26 años, Toni Jiménez se ha convertido en el bastión de la defensa blanquiazul. Acabará siendo motivo de discordia cuando la afición tenga que resignarse a verlo partir como ya pasó con Lardín. Pero su adiós, antes o después, está cantado.