"El "tex-mex" es música de fiesta. Nuestra música es para el baile"

Más de 100 discos, tres premios Grammy e innumerables noches de fiesta avalan la carrera de Flaco Jiménez, toda una leyenda de la música fronteriza que hoy actúa, a partir de las 22.30, en el polideportivo Sakoneta de Leioa. Mañana hará lo propio en el Oialume Biltokia de Astigarraga. Su verdadero nombre es Leonardo Jiménez. Como tal nació en San Antonio (Tejas) en 1939 y con dicho apelativo grabó por primera vez en 1957. Hermano, hijo y nieto de acordeonista, fue todo un innovador del acordeón diatónico y responsable de la popularización del tex-mex o conjunto music, género que funde con rancheras, valses, polkas y boleros. Fundador de Los Texas Tornados y colaborador de estrellas del rock y del country como los Rolling Stones, Bob Dylan, Dwight Yoakam y Ry Cooder, ultima su próximo elepé, mantiene la ilusión del principiante y promete hacer música "mientras el cuerpo aguante". Pregunta. ¿Qué puede adelantar del nuevo disco? Respuesta. Todavía no está terminado, pero ya para los últimos de julio sale al mercado. Contendrá material nuevo, agregando un poquito más de sonido no moderno, pero sí con otras ideas: agregué saxofón y otras guitarras. Va a ser la mezcla de rock and roll, rancheras en español y baladas. P. La relación entre música y tecnología es hoy muy estrecha. ¿Se notará en su disco? R. No creo. Se oye así como me gusta a mi, más tradicional. A lo personal, me gusta más acústico que con muchos sintetizadores o muchas máquinas. P. ¿Cómo define el tex-mex? R. A mi parecer es música de fiesta, música libre, para todos. Es para pasar uno un buen tiempo, tomando unas cervecitas y bailando, porque nuestra música es más bien para el baile. Se nos hace muy liviana la noche, porque estamos gozando con la gente. P. Usted defiende que es música tejana, no mexicana. R. Sí. Aunque el acordeón realmente no es tejano, viene de los polkeros alemanes, polacos y todo de por allá. Considero que es música europea que llevaron para la parte de nosotros, para San Antonio, y ahí es donde mi papá fundó el tex-mex. Él es su estampa, aunque en esa época Narciso Martínez también puso mucho de su parte en esta música. P. ¿Qué le enseñó su padre, el mítico Santiago Jiménez? R. En acordeón no me dio lecciones, pues no más con verlo tocar aprendí. Enseñaba a gente del barrio y yo estaba en un lado observando las enseñanzas que les daba. Me enseñé así. Cuando se iba el alumno, yo ya sabía la pieza porque había estado al tanto. P. Pero usted no se conforma con el estilo tradicional. R. Cuando empecé tocaba así como mi papá, al estilo viejo, como dice uno. Pero después, cuando a mediación de los cincuenta comencé a escuchar el rock and roll, el country y otros tipos de música, decidí agregarle más a lo tradicional. P. En su conjunto toca la batería su hijo David. ¿No quiere seguir la tradición familiar? R. Él sabe tocar el acordeón, no más que decidió empeñarse más en la tambora porque quería ser uno de los componentes de mi grupo. Y lo hace bien, es buen tamborero. El resto de mis hijos también sabe tocar el acordeón, pero todavía son muy jóvenes y falta que decidan la carrera que quieran. Yo nunca les empujo, les dejo que elijan lo que van a hacer de su vida. P. ¿Por qué no compone más canciones? R. La mera verdad, me empeño más en arreglar música. Ser compositor no es cualquier cosa, tienes que tener talento y creo que a mí como que no me queda serlo. P. ¿Y por qué no canta más? R. Bueno, soy más conocido en el acordeón que en cantar. Tiene que ser uno realista y aceptar que, si no tienes una voz comercial, no tienes una voz para ser solista. Hay algunas canciones que canto solo, pero el tex-mex consiste mucho en cantar en dos voces o en tres. Por eso uno tiene que tener un buen cantante como el que traigo yo ahorita: un cantante joven que se llama Raúl Rubio y tiene muy buena voz. P. En su último disco, Buena suerte, señorita, interpreta un tema de La Guardia. ¿Conoce la música española? R. Sí. Tuve la oportunidad de participar con La Guardia, la Vargas Blues Band y otros. Me gusta mucho la música de ellos. La mera verdad, me gusta toda clase de música. A un músico, sea de cualquier música y toque el instrumento que toque, se le tiene que respetar porque hace lo posible para hacer lo que hace. P. Ha ganado tres Grammy. ¿Le preocupan los premios? R. No, nunca los espero con nervios. Aunque los agradezco y, ya llegado al detalle del Grammy, se siente uno bien. P. ¿Por qué le llaman Flaco? R. Mi papá grabó bajo ese nombre en 1936 y ya para los cincuenta, cuando empecé a tocar profesionalmente, él mismo me regaló su apodo. Qué regalo, ¿verdad?