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Tribuna
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Trasfondo técnico

El dato de la inflación de abril descolocó a los inversores, pero sólo el tiempo suficiente como para volver a caer bajo la inercia del mercado de futuros. El índice de la Bolsa de Madrid llegó a perder hasta 10,37 puntos en la apertura del mercado, justo inmediatamente después de conocerse el repunte del índice de precios al consumo (IPC), pero poco a poco se fue imponiendo la técnica hasta llegar a los 6,08 puntos que se ganaban al cierre.

El precio de los contratos de futuros, por debajo del contado durante la mayor parte del día, terminó 75 puntos por encima del Ibex 35 cuando cerró ese mercado.

La Bolsa de Nueva York tuvo un comportamiento muy similar al de la española, con una caída inicial de 96 puntos que era también una reacción ante el incremento del IPC de abril, el más alto de los seis últimos meses. La presión vendedora en el mercado de bonos indicaba el recrudecimiento de los temores a una subida de los tipos de interés en Estados Unidos, pero Wall Street logró una cierta recuperación. Al cierre, limitaba las pérdidas a 39,61 puntos en el índice Dow Jones (0,43%), que quedaba en 9.172,23.

La capacidad de arrastre de los mercados de futuros, sobre todo cuando el vencimiento de los contratos es inminente, ha anulado la influencia de la economía real sobre el acontecer bursátil. El repunte de la inflación, sobre todo de la subyacente, plantea problemas a la lógica tendencia de los tipos de interés y la reciente rebaja del precio oficial del dinero parecía ayer un tanto aventurada, a pesar de que en su momento se consideró muy adecuada a las circunstancias.

Ayer, la sensación de que iban a subir los tipos de interés para frenar el excesivo fortalecimiento de la economía de EE UU era más fuerte que nunca, pero también daba la impresión de que los mercados cuentan con esa idea desde hace tiempo y de que la tienen un tanto superada. La rentabilidad de la deuda española a 10 años bajó al 5,1 6% y el diferencial con Alemania subía hasta 0,17 puntos.

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