La melancolía es el tema central de la nueva producción del Liceo de "Eugenio Oneguin"
La acción transcurre en la Rusia del primer tercio del siglo XIX, pero en la nueva producción de la ópera de Chaikovski Eugenio Oneguin, firmada por el director de escena alemán Peter Konwitschny, que el Liceo presenta a partir de mañana en el Teatro Victoria, la acción se sitúa en una época indeterminda y la única referencia a Rusia es un abedul, árbol símbolo del país, que preside el escenario. "Lo importante en la obra es la melancolía , clave de esta producción, y no hace falta actualizar la acción, porque la melancolía es un sentimiento plenamente actual", afirma Konwitschny.
Eugenio Onieguin no es una ópera común en el repertorio del Liceo. Se estrenó en España en el teatro lírico barcelonés en enero de 1955 y hasta estas seis funciones, programadas desde mañana y hasta el próximo 29 de mayo por el Liceo en el Teatro Victoria, sólo se había representado en 19 ocasiones, la última en noviembre de 1989. En esta ocasión, la dirección artística del teatro ha decidido avanzarse en el tiempo y poner en práctica ya el punto número 3 del nuevo contrato programa (protocolo de intenciones que la dirección se impone como gestión), que hace referencia a la "incorporación de puestas en escena que comporten revisiones dramatúrgicas, estimulantes y de calidad de las obras del gran repertorio". Una auténtica revisión dramatúrgica de la obra de Chaikovski es lo que porpone esta nueva producción de Eugenio Oneguin, que presenta el Liceo. Basada en otra producción de la misma obra creada por el propio Konwintschny para el Teatro de Ópera de Leipzig (Alemania) y estrenada a principios de esta década, esta nueva producción, en la que inicialmente lo único nuevo iban a ser los decorados -el escenario del Teatro Victoria es mucho más pequeño que el de la Ópera de Leipzig- ha acabado convirtiéndose, según el director de escena, en "una producción realmente nueva y diferente, que en la superficie parece igual, pero en el fondo, en el contenido, las diferencias son muchas". Konwitschny no concibe Eugenio Oneguin como una ópera exclusivamente rusa. "La historia que narra [basada en el poema homónimo de Pushkin] no es sólo rusa, puede suceder en muchos países y en épocas diferentes, incluso ahora, por ello no sitúo la acción ni en un lugar determinado ni en una época concreta. Ello no significa que haya querido hacer una cosa muy moderna. Soy fiel a la obra, aunque ello no significa tener que hacer una producción como se hacía hace 120 años, cuando se estrenó la ópera. Para mí, eso no sería hacer teatro", dice el director de escena. Eugenio Oneguin narra la tragedia de cuatro personajes -Tatiana (la verdadera protagonista de la ópera a diferencia del poema de Pushkin), Oneguin, Olga y Lenski- que jamás encontrarán la felicidad a causa de amores no correspondidos, correspondidos demasidado tarde o a causa de una trágica y absurda muerte en duelo entre los dos amigos Oneguin y Lenski, que el director convierte en un asunto público con el coro en escena. Konwitschny transporta la tragedia de estos cuatro personajes atrapados por su destino a un ambiente opresivo presidido por la melancolía y con todos los personajes ataviados con abrigos, siempre a punto de marcha o en constante ruta y errantes. La obra, que dirigirá musicalmente el ruso Alexander Anissimov, está protagonizada por la soprano noruega Solveig Kringelborn (Tatiana), las mezzosopranos española Itxaro Mentxaka (Olga), belga Rita Gorr (Filipievna) y rumana Viorica Cortez; el barítono polaco Wojciech Drabowicz (Oneguin), los tenores estadounidense Evan Bowers (Lenski) y español Eduard Giménez (Triquet) y los bajos rusos Konstantin Gorni (Gremin) y Aik Martirossian (Zaretski).
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