Oro amargo en la despedida

España se despidió de los Mundiales con el oro en el ejercicio de tres cintas y dos aros. Fue la segunda medalla, tras la plata general. El balance, a primera vista, parece satisfactorio, pero quedó una sensación de frustración ya que las expectativas marcadas eran superiores. Incluso en la última final de pelotas, donde el conjunto español fue primero en el ejercicio del día anterior, lo que le permitió alcanzar el segundo puesto absoluto, hubo decepción. Se bajó a otro séptimo puesto, el mismo con que se empezó el campeonato en el ejercicio de cintas y aros. La irregularidad, pues, presidió la actuación española, aunque siempre en la élite. Bielorrusia fue la gran triunfadora, con el oro absoluto y dos platas ayer. Es una nueva variante de la vieja escuela soviética, con la que ivariablemente se ha tenido que medir España en cuanto a llegado a la élite. Tras la desaparición de la URSS, Rusia siguió en la cumbre, pero en los últimos años había bajado de nivel, lo que permitió más éxitos a las otras ex repúblicas, Ucrania, sobre todo, y Bielorrusia.España ganó el oro en la modalidad de tres cintas y dos aros con una actuación convincente. Las chicas salieron al tapiz del Pabellón de San Pablo con la presión añadida de los 19.800 puntos conseguidos por Bielorrusia, que había actuado minutos antes. ¿Podría España superar esa puntuación que rozaba la excelencia? «Sí», aseguró la entrenadora María Fernández, que añadió: «Lo del viernes fue una mala tarde y nada más». Las españolas empezaron la actuación con una frescura envidiable. La ejecución además tenía un grado de dificultad mayor. Se eligió un ejercicio complicado. No hubo concesiones a la facilidad. Se apostó por lo más duro. España salía así no sólo a buscar la medalla sino a demostrar que seguía siendo fiel a sus principios. «La belleza de la gimnasia está en la dificultad. Esto siempre ha caracterizado a España y no vamos a cambiar», dice la entrenadora. «¿Por qué cambiar ahora?». Y no lo hizo. Esa apuesta por el espectáculo se vio premiada con un 19,850, una nota que lanzó al quinteto a la medalla de oro ante las bielorrusas y Ucrania, 19,766.

Posteriormente, vino la decepción. España entraba de favorita en la modalidad de pelotas. El ambiente en la grada era de alegría absoluta entre los 5.000 espectadores. El ejercicio empezó bajo los acordes de la composición original de José Luis Barroso. Allí surgieron los problemas. Un molesto zumbido alteró la nitidez del sonido. No hubo explicación al fallo. Algunos lo achacaron a un deterioro de la cinta. Luego, en el ejercicio, dos de las chicas fallaron al recoger dos de las pelotas, que se les escaparon de las manos. Fueron dos manchas demasiado visibles en el tapiz. Los jueces fueron inflexibles: 19,566 puntos, que supusieron el séptimo puesto. Rusia ganó con 19,850, ante Bielorrusia, 19,816, y Ucrania, 19,700.

Al caer la tarde, las españolas subieron al podio a recibir sus medallas. Allí estaban Lorena Guréndez (la única campeona en Atlanta), Paula Orive, Beatriz Nogales, Marta Calamonte, Sara Ballón y Carolina Malchari. Pese a la relativa decepción, la apuesta por el futuro está asegurada con el relevo triunfante.