El Inter aplasta al Lazio
El equipo de Ronaldo y Zamorano marcó pronto y fue siempre a favor de corriente
El Inter aplastó al Lazio en el duelo italiano que sentenció la Copa de la UEFA. Apenas dio tiempo a la duda, porque asestó el primer mazazo a los cinco minutos y después sólo se dedicó al contraaataque, el camino a favor de corriente, ideal de los equipos transalpinos. Disparó dos veces al poste y marcó dos goles más. El Lazio, tras una temporada grande, inalcanzable para el Atlético de Madrid en semifinales, no pudo subir la montaña en que se le convirtió la final. Era demasiado alta y difícil. Incluso peligrosa, como se demostró al acabar encajando una goleada rotunda.El Lazio, sus dirigentes, habían dicho nada más ganar la Copa de Italia al Milán hace unos días, que ocurriera lo que ocurriera en la final de la Copa de la UEFA, no jugarían la próxima temporada esta competición. Para algo habían ganado el derecho a disputar la Recopa, teóricamente un escalón superior de prestigio, aunque discutible en cuanto a calidad y nivel. Menos mal que dieron otro disgusto a Berlusconi, porque ayer difícilmente hubieran podido sacar adelante su futura presencia europea con el título de campeones de la UEFA.
Inter: Pagliuca; Fresi; Colonnese, West, Zanetti; Winter (Morierio, m
67), Zé Elias, Simeone, Djorkaeff (Cauet, m. 67); Ronaldo y Zamorano (Sartor, m. 72).Lazio: Marchegiani; Grandoni (Gottardi, m. 53), Nesta, Negro, Favalli; Fuser, Venturin (Almeyda, m. 48), Jugovic, Nedved; Mancini y Casiraghi. Goles: 1-0. M. 5. Gran pase adelantado de Simeone, desde poco antes de la línea del medio campo, hacia Zamorano. El chileno marca ante la salida de Marchegiani. 2-0. M. 60. Saque de falta de Ronaldo desde la derecha. El balón, pasado al otro lado del área, es cabeceado por Zamorano hacia atrás, donde Simeone deja con un leve toque a Zanetti, que empalma un gran tiro al ángulo izquierdo. 3-0. M. 70. Pase adelantado a Ronaldo, en fuera de juego. El brasileño regatea al portero y marca a puerta vacía. Árbitro: López Nieto. Amonestó a Fresi, Jugovic, Zanetti, Ronaldo y Negro. Expulsó a West, por agresión a Casiraghi y a Almeyda por doble tarjeta. Lleno absoluto en el Parque de los Príncipes de París. Unas 50.000 personas.
El equipo romano fue más débil que el Inter en ataque y también en defensa. Esto último se comprobó, para su desgracia, bien pronto,a los cinco minutos. Fue una jugada que marcó lo que iba a ser el partido. Zamorano hizo un amago de desmarque en el medio campo del Lazio y Simeone, como una jugada mecánica, soltó un espléndido pase desde el círculo central, que dejó al chileno solo a pocos metros del gol. Levantar el balón por encima de Marchegiani incluso pareció fácil.
El Inter había conseguido lo que quería. De un solo plumazo se ponía delante en el marcador, demostraba quién era el más fuerte y, lo más importante, se podia permitir esperar más descuidos para sentenciar. Pudo hacerlo en un disparo enorme de Ronaldo que se estrelló en la escuadra, o en otro tiro de Zamorano que acabó en la base del poste derecho. Ambas ocasiones fueron consecuencia de contraataques claros ante un rival que intentaba arreglar lo que era imposible. El Lazio apenas inquietó a la defensa interista y, en cambio, encajó a la hora de juego un gol de libro de oro. Tras cruzar Ronaldo el balón de lado a lado, Zamorano lo picó de cabeza para bajarlo y Simeone, otra vez él, lo tocó lo justo para dejarlo muerto y que empalmara prodigiosamente Zanetti.
Ahí se acabó todo. Hubo algunas ocasiones por ambas partes, e incluso Ronaldo salió en fuera de juego para marcar el tercer gol. Lo mejor, sin duda, fue verle una vez más cómo es capaz de romper la cintura a los porteros en los mano a mano. Pero sólo fue el lujo final en un partido con sentido único y sentenciado nada más empezar.
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