Serra se encargará de velar por el equilibrio y la coherencia entre Borrell y Maragall en el PSC
Las primarias del PSOE están dando cuerpo a una cúpula triangular en el PSC en cuyos vértices están Narcís Serra, José Borrell y Pasqual Maragall. Serra, como primer secretario, se encargará de velar por el equilibrio de la dirección del partido y, de forma especial, por la coherencia entre los planteamientos de Borrell, candidato a la presidencia del Gobierno español, y Maragall, eventual aspirante a la Generalitat. Los socialistas apuestan por un discurso híbrido de ambos líderes, a menudo discrepantes, para tratar de desalojar al nacionalista Jordi Pujol del Gobierno catalán.
Desde que en 1980 Convergència i Unió (CiU) se alzó por sorpresa con la victoria en las primeras elecciones catalanas, el Partit dels Socialistes (PSC) no había confiado tanto como ahora en sus posibilidades electorales autonómicas, según la opinión de diversas fuentes socialistas. La euforia desatada en el campo socialista por la suma del efecto Borrell y la confianza en el tirón electoral de Maragall son los pilares de la recobrada confianza del PSC. A la dirección del partido no se le escapan, sin embargo, las frecuentes faltas de sintonía entre las ideas del flamante aspirante a la jefatura del Gobierno central y las del aún eventual candidato a la presidencia de la Generalitat. Borrell abomina de los nacionalismos y subraya el papel del Estado como centinela de la cohesión territorial. Su verbo es radicalmente socialdemócrata y considera válido el modelo orgánico clásico de los partidos políticos, así como el papel social que éstos ejercen hoy. Maragall, en cambio, destaca su condición catalanista y apuesta por el adelgazamiento del Estado en beneficio de los niveles inferiores de la Administración, especialmente el municipal. La creciente moderación de su discurso tiende la mano cada vez más hacia el liberalismo social y la burguesía catalanista. Y considera que el modelo convencional de organización y acción política de los partidos políticos es obsoleto. La dirección del PSC -y el partido entero- constata la existencia de estas diferencias. Pero lejos de considerarlas como un lastre, sostiene que esa dualidad será precisamente la palanca que permitirá a los socialistas desalojar a CiU del Gobierno catalán. El discurso de Maragall podría hacer mella en las clases medias catalanistas e incluso en algún sector del electorado urbano de CiU sin disgustar a los votantes tradicionales del PSC. Y el de Borrell podría despertar de un letargo de casi 20 años a los más de 700.000 ciudadanos catalanes (mayoritariamente trabajadores de origen inmigrante) que votan socialista en las elecciones legislativas y se abstienen en las autonómicas. El "carbonero" del partido Pero para que esa dualidad sea palanca en vez de lastre, los discursos de ambos líderes socialistas deben se coherentes más allá de lo meramente formal. La dirección del PSC también es consciente de esto, y confía en su primer secretario, Narcís Serra, para la tarea de velar por el equilibrio y la coherencia entre los planteamientos y el liderazgo de Maragall y Borrell. "Serra se ocupará de echarle carbón a la máquina para que no pare hasta la Generalitat", en palabras de un relevante ejecutivo socialista. La estabilidad de esta cúpula triangular está garantizada, según fuentes de la dirección, por el hecho de que los principales colaboradores de Borrell en el PSC (José Montilla, Miquel Iceta, José Zaragoza, Joan Ferran...) son los mismos que defienden el liderazgo interno de Serra y la candidatura autonómica de Maragall. Este grupo velará a su vez por la fluidez de las relaciones entre los tres vértices del nuevo liderazgo del PSC: Borrell en política española, Maragall en política catalana y Serra dentro del partido.
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