Las quinielas del Dos de Mayo

Una vez terminado el desfile del regimiento de artillería por la Puerta del Sol, empezó a llover. Era el momento. Las puertas principales de la Real Casa de Correos, las que miran al oso y al madroño de Preciados, se abrieron de par en par y empezaron a tragar a cerca de 1.300 invitados de fuste vestidos de largo. El Día de la Comunidad de Madrid se celebró, por primera vez, en el gran vestíbulo del edificio recién rehabilitado. La nómina de asistentes creció con respecto a otros años, cuando los políticos y famosos se apiñaban en el patio del palacete de Maudes, sede de la Consejería de Obras Públicas. Acudieron actores como Sancho Gracia o Imanol Arias; modelos como Remedios Cervantes y escritores como Francisco Umbral o Antonio Buero Vallejo. Alberto Ruiz-Gallardón estrechó la mano a cada uno a la entrada.Los alcaldes de los pequeños pueblos se dedicaron a perseguir a los directores generales con los que tenían cuitas pendientes, ya fueran carreteras o dinero para obras. Los responsables de la seguridad en la región se contentaban con saludar a las modelos de postín.

En los corrillos políticos ya se hablada del próximo año: elecciones municipales y autonómicas. Y de un hombre que ayer no fue a la Puerta del Sol: José Borrell. El triunfo del ex ministro socialista de Obras Públicas en las primarias para candidato a presidente del Gobierno contra todo pronóstico y contra todo el aparato ha desatado euforia entre las huestes socialistas de la región. Y, por un efecto dominó, los candidatos a encabezar las listas del PSOE en Madrid se han multiplicado, empujados por cada facción. Se quiere poner en liza a ex ministros como Matilde Fernández, Enrique Barón o Cristina Alberdi, al rector Peces-Barba, al ex consejero Pedro Sabando, al ex alcalde Barranco o al secretario general Jaime Lissaveztky.

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