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Las grandes cadenas piden el doble de terreno para pujar por el hotel de lujo de Abandoibarra

La manera en la que pinta el futuro de Bilbao le gusta mucho a los responsables de las principales cadenas hoteleras. En concreto, la construcción de un hotel de lujo en la zona de Abandoibarra es un proyecto muy goloso, aunque las previsiones del terreno que aparecen en el diseño de la zona para el citado proyecto les parecen pocas. Desde el consistorio bilbaíno se había calculado que 8.000 metros cuadrados serían suficientes, pero los hoteleros consideran que para rentabilizar la inversión y aprovechar el tirón de la ciudad necesitarán al menos 14.000.

Dentro del plan de urbanización de la zona de Abandoibarra que el equipo de César Pelli trae hoy mismo a Bilbao, el Ayuntamiento había reservado 8.000 metros cuadrados para erigir un hotel de lujo. La elección del espacio dedicado a este establecimiento no es una medida caprichosa, sino que se ajusta a las previsiones del propio consistorio para indemnizar a las empresas Demir y a la familia Ybarra por la expropiación irregular de los terrenos donde se levanta el museo Guggenheim. La familia Arana también era propietaria del solar que ocupa el edificio diseñado por Frank Gehry, pero no aceptó la fórmula de pago con los terrenos y el derecho para construir el hotel. Sin embargo, los cálculos de los expertos municipales con criterios de rentabilización inmobiliaria distan mucho de los criterios del negocio hotelero. La llegada en las últimas semanas de representantes de la cadena Acor (Novotel, Sofitel y Mercure), Meliá y Tryp hasta Bilbao y los contactos de otras instituciones con los responsables de la estadounidense Hyatt, han dejado meridianamente claro a los responsables bilbaínos que con menos de 225 o 250 habitaciones, el anhelado hotel no sería rentable. El Ayuntamiento y los responsables del desarrollo de la zona de Abandoibarra deben decidir ahora sobre la manera en la que enfocarán el asunto, ya que otorgar el doble de terreno a los afectados por las expropiaciones del Guggenheim parece, según fuentes cercanas a las negociaciones, algo totalmente fuera de lugar y, además, la pérdida de una fuente de ingresos. Por el momento, los antiguos propietarios están negociando, a través de Arthur Andersen, con el consistorio bilbaíno. El abanico de posibilidades que se abre es muy amplio. El Ayuntamiento podría decidir convertirse en promotor y sacar él mismo a concurso la construcción del hotel e indemnizar a Demir y los Ybarra con el dinero obtenido, eso sí sobre un mínimo de 14.000 metros cuadrados. Otra fórmula sería negociar una acción conjunta, aunque plantea numerosos problemas de ajuste y amenaza con volverse un verdadero quebradero de cabeza a la hora de aunar voluntades e intereses públicos y privados. Posible concurso También queda por dilucidar la manera en la que se llevará a cabo la materialización del proyecto hotelero. Una de las tesis barajadas es sacar a concurso el diseño del edificio, de nuevo con la participación de algunos de los arquitectos de más relumbrón a nivel mundial. En este caso los hoteleros se limitarían a llevar el negocio. Esta es, por ejemplo, la táctica del Grupo Hyatt, que no invierte en Europa desde hace tiempo, pero que vende su know-how al mejor postor. Otras cadenas interesadas están estudiando afrontar los cuantiosos costes del proyecto abriéndolo a la participación de inversores vascos, que permitiría afrontar la financiación sin perder el control del negocio hotelero.

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