En memoria de Alberto Calderón

Con la muerte de Alberto Calderón, acaecida el pasado 16 de abril, desaparece uno de los más grandes matemáticos de este siglo. Argentino de Mendoza, donde nació el 14 de septiembre de 1920, estudió ingeniería civil en la Universidad de Buenos Aires, obteniendo su título en 1947. Siempre había mostrado gusto y habilidad para las matemáticas, pero no pensó en su juventud que pudiera dedicarse a ellas profesionalmente. Su primer empleo fue en una oficina de investigación perteneciente a Yacimientos Petrolíferos Fiscales, empresa pública argentina. Sólo después de que Antoni Zygmund, el gran matemático polaco afincado en Chicago, visitara Argentina al final de los años cuarenta y animara a Calderón a marchar a Chicago, emprendió éste una carrera como matemático, realizando su tesis con Zygmund y obteniendo el título de doctor en 1950.

La obra de Calderón está marcada por una elegancia y originalidad extraordinarias. Le gustaba abordar problemas bien concretos y difíciles, a veces sin tener la me nor experiencia previa. Sin embar- go, sus soluciones, sorprendentemente simples y directas, contenían siempre el germen de teorías muy originales y revolucionarias, que abrían avenidas radicalmente nuevas a la investigación.

Calderón ha sido un verdadero líder del análisis matemático, fundamentalmente en análisis de Fourier y ecuaciones en derivadas parciales. Ha marcado el camino y ha iluminado la investigación de varias generaciones de matemáticos, creando paradigmas que continúan siendo, hoy día, referentes básicos que nutren y empujan el desarrollo de estas áreas de las matemáticas.

Señalemos, brevemente, algunos ejemplos de estas contribuciones decisivas a las matemáticas, que confieren a la figura de Calderón su puesto en la cumbre entre los creadores de nuestro tiempo: la teoría de operadores integrales singulares, también llamados de Calderón-Zygmund; el teorema de unicidad para el problema de Cauchy en ecuaciones en derivadas parciales; la teoría de interpolación compleja; sus dos trabajos sobre acotación del operador integral de Cauchy, que dieron lugar a lo que se llamó el Programa de Calderón, que ha generado una actividad matemática inmensa a ambos lados del Atlántico; sus fundamentos de la teoría de transferencia, etcétera.

Calderón ha tenido un puñado de brillantes discípulos. A través de uno de ellos, Miguel de Guzmán, que actualmente es catedrático de Análisis Matemático en la Universidad Complutense de Madrid, Calderón ha contribuido muy especialmente al extraordinario florecimiento del análisis de Fourier en España. Por esto y por sus altísimos méritos científicos es por lo que la Universidad Autónoma de Madrid, donde se concentra el contingente más fuerte de esta escuela española de análisis de Fourier, otorgó el pasado 6 de junio de 1997 al profesor Calderón el título de doctor honoris causa. Éste ha sido el último de los muchos viajes que Alberto Calderón realizó a Madrid, participando en casi todas las reuniones internacionales de análisis de Fourier que nuestro departamento organiza cada cuatro años en El Escorial desde 1979.

Su huella humana y matemática será, entre nosotros y en la comunidad matemática mundial, absolutamente imperecedera.