_
_
_
_

Lébed gana por sorpresa la primera vuelta de las elecciones de Krasnoyarsk

La atención de la élite política rusa, concentrada en los últimos días en la capital debido a la crisis de gobierno, se desplazó ayer a 4.000 kilómetros al este de Moscú, a la lejana y fría Krasnoyarsk. Allí, el general retirado Alexandr Lébed se impuso al actual gobernador y candidato del Kremlin, Valeri Zúbov, en unas elecciones a las que concurrió a modo de ensayo para las presidenciales del año 2000.

Según los datos preliminares ofrecidos por la Comisión Electoral de Krasnoyarsk correspondientes al 95% de los votos emitidos, Lébed obtuvo un 43,91%, mientras que Zúbov consiguió el 36,05%, informa Efe. En tercer lugar se situó el comunista Piotr Romanov, con cerca del 13%. Dado que ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría absoluta, los dos más votados, Lébed y Zúbov, tendrán que volver a medir fuerzas en una segunda vuelta. «No esperaba un porcentaje tan alto», manifestó Lébed, visiblemente satisfecho, en declaraciones a la televisión. Las encuestas previas a las eleciondes daban como favorito a Zúbov frente al general retirado, con el 42% de las intenciones de voto. Al general Lébed, famoso por haber puesto fin a la sangrienta guerra con Chechenia en otoño de 1996, le apoyaba cerca de un 30% de los electores.

Lébed, indudablemente, es el más carismático de todos los candidatos. Pero el ser un político de nivel nacional, temido como posible rival tanto por el Kremlin como por la izquierda marxista, tiene el incoveniente de convertirlo en el blanco de las críticas de unos y de otros. «Lébed es peligroso para Rusia» y sería «espantoso» que se convirtiera en el próximo presidente, declaró el influyente alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que la semana pasada viajó a Krasnoyarsk para prestar su apoyo a Zúbov.

Krasnoyarsk es una enorme provincia rusa con una superficie comparable a la de España y Reino Unido juntos, con inmensas riquezas (petróleo y minerales), una desarrollada industria energética, metalúrgica, química y forestal y una escasa población (unos tres millones de habitantes). Es una de las pocas regiones de Rusia que no reciben subvenciones del presupuesto estatal y, por el contrario, pertenece a las provincias donantes, es decir, que contribuyen a enriquecer las arcas del Estado.

Las características de la región explican que Lébed, que quedó tercero en las elecciones presidenciales de 1996, la haya elegido como el trampolín ideal para lanzarse al asalto del Kremlin en los comicios del 2000. Además, el hecho de que Jakasia, una rica región petrolera que en la época soviética formaba parte de Krasnoyarsk, esté gobernada por su hermano menor, el coronel Alexéi Lébed, daría oportunidad al ex general de integrar al máximo ambos territorios y contar con el apoyo de los caciques de ambas zonas.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_