Un niño de cuatro años mata a otro de seis de un disparo en EE UU

Un niño de seis años recibió un balazo que acabó con su vida durante su fiesta de cumpleaños en Greensboro (Carolina del Norte). El autor del disparo fue un amigo de cuatro años que había acudido a la celebración. Se desconocen todavía las circunstancias de un suceso que abre de nuevo el debate sobre la facilidad del acceso a las armas por parte de los menores en Estados Unidos. Según los pocos datos facilitados por la policía, el niño de cuatro años encontró una pistola semiautomática del calibre 38 en la casa de su amigo y ambos comenzaron a jugar con el arma, que estaba cargada y lista para disparar. Un único tiro atravesó el cuello de Carlos G., de seis años, que murió en el acto. La policía investiga a quién pertenece y cómo pudo dejarse cargada al alcance de menores.

Una vecina de 12 años que asistió a la fiesta contó después que el autor del disparo solía perseguir a sus amigos con una pistola de juguete. «Probablemente hizo lo mismo con Carlos, porque muchas pistolas de juguete son iguales que las de verdad», explicó.

Los hechos ocurrieron en la casa de la abuela de Carlos G., encargada de su cuidado. La mujer se encontraba en la cocina cuando escuchó el disparo en el piso superior. Varios testigos han relatado que el niño de cuatro años siguió jugando en la calle con normalidad mientras la policía acordonaba la zona. En muchos lugares de Estados Unidos está permitido que los niños usen armas acompañados de un adulto, aunque la legislación establece una obvia salvedad: que las usen «para cometer un delito». También es habitual que los padres lleven a sus hijos a hacer prácticas de tiro en el campo durante los fines de semana.

Varios sucesos similares -el último ocurrido la noche del viernes, cuando un estudiante de 14 años mató a un profesor e hirió a tres personas durante una fiesta escolar- han reabierto recientemente el debate sobre la violencia infantil y la facilidad del acceso a las armas para los menores en EE UU.