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BALONCESTO

El TDK se asegura la quinta plaza

Solidez a prueba de bomba. Una fe tan admirable como inquebrantable propulsó al TDK Manresa hacia la victoria que le garantiza la quinta plaza de la fase regular de la ACB. Por contra, el Pamesa sufrió una depresión en el último tramo y perdió un partido que tenía totalmente encarrilado. A falta de ocho minutos, todo parecía indicar que el Pamesa iba a ser capaz de profanar el casi inaccesible Nou Congost. Sin embargo, el Pamesa se desmoronó en la hora de la verdad: los errores propios, una incomprensible precipitación y los indudables méritos contraídos por el TDK propiciaron que la victoria se quedara en casa. El TDK de ayer fue el mismo de toda la temporada: un equipo que se comporta como un reloj. No pestañea aunque el enfrentamiento se tiña de adversidad. Su oponente, por contra, resultó ser el Pamesa más irregular y desconcertante de toda la campaña. Alternó pasajes espléndidos con secuencias pésimas. Se mereció el elogio, pero también la desaprobación. El desenlace le presentó la derrota.

TDK Manresa: Creus (7), Capdevila (10), Jones (5), Sallier (9), Alston (23); Lázaro (5), Vázquez (9), Singla (7)

Pamesa Valencia: Rodilla (8), Luengo (3), Swinson (12), Perry (13), Radunovic (12); Alonso, Álvarez (5), Maluenda (12), Albert (6). Árbitros: Sancha, Nayro y Montserrat.Unos 4.500 espectadores en el Nou Congost.

De la apatía al nervio. De la mejora a la lucidez, y de la exhibición al despropósito. Así de acusado y extremo fue el comportamiento del equipo valenciano. El conjunto de Vukovic conoció todos los estados posibles. Fue capaz de rehacerse de su inicial somnolencia. Impuso su gobierno a medida que se desgranaban los minutos.

Incluso amansó la tenacidad del TDK con unos primorosos compases iniciales de la segunda mitad. Pero enfrente tenía a un rival que mantiene una ilimitada convicción en sus posibilidades. No le importa que el oponente experimente mutaciones. El TDK juega a su ritmo, con su estilo, sabedor de que en cualquier momento le puede llegar la oportunidad. A velocidad de crucero. Pura táctica de desgaste. La recta final castigó a quien actuó con dientes de sierra y premió a quien personificó la regularidad.

En el Pamesa, no fue el día de Swinson. Tampoco el de Rodilla. Ambos actuaron desafinados. El sobresaliente, en este caso, se lo merece Maluenda. El aragonés sigue demostrando que su futuro es expedito. La figura del partido, no obstante, hay que buscarla en el TDK. El pivote estadounidense Alston ratificó que es un jugador de rango superior; lideró a su equipo en los mejores momentos. Y lo sostuvo cuando el TDK irradió cierta flaqueza.

Llegados a este punto, ambos equipos continúan sin conocer su rival en la lucha por el título. Con certeza, el TDK será quinto. El Pamesa puede ser sexto, séptimo u octavo. La solución, el jueves.

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