Séguin renunciara a la direcció del partido gaullista

La asamblea de cuadros de la Unión por la República (RPR, gaullista) mostró descarnadamente ayer en París que la derecha francesa no ha escrito ni mucho menos los últimos capítulos del psicodrarna que protagoniza desde su desalojo electoral en julio del pasado año. De manera mucho más explícita que en anteriores ocasiones, el presidente de ese partido, primero de la oposición, Philippe Séguin, destapó la divergencia de estrategias que separan a la dirección del RPR y al líder natural de la derecha, el presidente de la República, Jacques Chirac, además de plantear la posibilidad de que renunciara a su reelección, prevista para enero. "La posición del presidente de la República le lleva a buscar terrenos de encuentro con el Gobierno, pero nosotros tenemos obligaciones contrarias", afirmó, Séguin. Séguin se refirió así de manera implícita a la contestación interna que su decisión de votar contra la política de acceso al euro encontró esta semana en el RPR, particularmente entre aquellos dirigentes, como Alain Juppé, más vinculados a Chirac.

Esa resistencia interna llevó al RPR a trastocar el voto negativo inicial por la no participación y la presentación inminente de una moción de censura contra el Ejecutivo. Phlippe Séguin indicó que las razones que hoy le aconsejan no presentarse a la reelección como cabeza del RPR " se imponen incluso sobre las contrarias".

Consciente de la situación de un partido traumatizado por el error de Chírac al convocar precipitadamente unas elecciones que la derecha perdió estrepitosamente, desestabilizado por el Frente Nacional y sujeto a querellas Intestinas, Philippe Séguin exige tener las manos libres para darle la vuelta a lo que ayer definió como "la peor situación de la historia del RPR". El cambio de postura en la votación sobre el euro se suma, por lo demás, a una larga serie de episodios en los que Jacques Chirac ha discrepado por la vía de los hechos de la política decidida por Séguin.