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Los socialistas andaluces temen que los críticos aprovechen el triunfo de Borrell para reagruparse

Lourdes Lucio

El inesperado triunfo de la candidatura de José Borrell frente a la de Joaquín Almunia en las elecciones internas del PSOE a la presidencia del Gobierno han abierto antiguos temores y nuevas interrogantes en el seno del PSOE de Andalucía, cuya organización lleva dos años sin sobresaltos internos de relevancia. Ya lo advirtió el secretario general de los socialistas andaluces y presidente de la Junta, Manuel Chaves, la misma noche electoral: "Nadie puede utilizar votos que no le corresponden". Algunos dirigentes interpretaron que la frase iba dirigida al ex titular de la Junta y portavoz socialista en Sevilla, José Rodríguez de la Borbolla, quien ayer declaró a EL PAÍS: "Mi única preocupación en este momento es aunar voluntades y recuperar la confianza para ganar en el Ayuntamiento de Sevilla".

Muchas preguntas sin respuestas son lo que tienen ahora los dirigentes socialistas andaluces, a los que la victoria de José Borrell les pilló por sorpresa. Priman los análisis positivos de la experiencia de las primarias, que han supuesto un revulsivo para la organización y la ruptura total con métodos anteriores, al transferir la decisión de la elección del candidato de la ejecutiva al voto individual y secreto de los militantes. Tampoco nadie pone en duda que el apoyo a Borrell como cartel electoral será unánime para, como dijo ayer el secretario provincial de Jaén, Gaspar Zarrías, "poner fecha de caducidad" al Gobierno del Partido Popular. Pero esta visión favorable no oculta los temores. La principal, si al hilo de las primarias para las elecciones municipales en Andalucía se pueden aglutinar los sectores críticos dispersos, a la vista de que ya la opinión de las ejecutivas sobre los candidatos influye, pero no decide. Un dirigente señaló ayer que hasta ahora estos grupos críticos no tenían espacio político interno, pero que a raíz de las votaciones para las listas a los ayuntamientos pueden empezar a sacar cabeza. En el horizonte también se perfila la incógnita de si puede surgir un contrincante que se enfrente a Manuel Chaves cuando se acerque la fecha de las elecciones autonómicas. "Se equivocan" El propio Chaves advirtió que se equivocan aquellos que tengan la tentación de patrimonializar el triunfo del vencedor en las primarias del viernes y advirtió que "nadie" puede utilizar los votos que han ido a parar a Almunia y Borrell. Algunos dirigentes que anteanoche siguieron el escrutinio en la sede regional del PSOE, en Sevilla, interpretaron que la alusión iba dirigida a antiguos guerristas y al ex presidente andaluz José Rodríguez de la Borbolla, quien a la par que dio a conocer su apoyo a Borrell -el ex ministro venció en Sevilla capital- anunció su candidatura a las elecciones primarias para la alcaldía de Sevilla. La decisión no gustó en la ejecutiva regional. También el diputado por Sevilla Luis Yáñez, que ha apoyado al ex ministro, consideró un "error" intentar apropiarse del resultado: "Cualquiera que quiera sacar interpretaciones diferentes de lo que ha dicho la militancia, en el sentido de aprovechamiento por parte de movimientos minoritarios que se han sumado a la opción de Borrell pensando que eso les fortalece orgánicamente frente a Chaves cometerían un error grave", dijo a Europa Press. José Rodríguez de la Borbolla dejó claro ayer que su aspiración se circunscribe a Sevilla. "Mi única preocupación en este momento es aunar voluntades y recuperar la confianza para ganar en el Ayuntamiento de Sevilla", declaró. El portavoz del grupo socialista afirmó que se ha creado "una nueva situación" en Andalucía y que "debe ser la dirección regional la que tiene que administrar la pluralidad. Son ellos los que tienen que tomar iniciativas políticas para aprovechar este impulso positivo y magnífico que se genera, integrar y hacer que desaparezcan las líneas divisorias". El malagueño Enrique Linde afirmó: "Si los que hemos votado a Borrell y los que han votado a Almunia buscamos la división todo lo que hemos construido se puede venir abajo. Cometeríamos un error". Linde, que dijo que el de ayer es "el resultado político más sorprendente de la democracia", cree que, excepto "grupos marginales", no va a haber sectores que cojan la votación "como una bandera, siempre que no haya una caza de brujas".

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