El PP alavés exhorta a sus ediles a que sigan en sus puestos

El PP de Álava exhortó ayer a sus cargos públicos a aguantar la presión que suponen las amenazas de ETA y su entorno, al trascender la renuncia de su única concejal en el Ayuntamiento de Maeztu, María Angeles Ochoa, que presentó su dimisión a principios de este mes. Los servicios municipales de Rentería, por otro lado, han limpiado con rapidez las pintadas amenazadoras aparecidas en la localidad guipuzcoana contra Manuel Zamarreño y José María Trimiño, los dos militantes populares que van a sustituir en el Ayuntamiento al concejal asesinado por ETA, José Luis Caso, y a Concepción Gironza, que dimitió hace una semana a consecuencia de la campaña de intimidación sufrida. Las pintadas aparecieron en fachadas próximas a la casa consistorial en la noche del miércoles, en víspera del pleno en el que se formalizó ayer el cese de Gironza. El presidente de los populares alaveses, Ramón Rabanera, hizo un llamamiento a sus cargos públicos para evitar nuevas marchas, aunque reconoció que la situación que están sufriendo los concejales en el País Vasco no ayuda a mantener la serenidad en sus filas. La dimisión de la edil alavesa se ha conocido una semana después de que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, visitara a los cargos públicos de Álava y les felicitara por su firmeza. La confirmación de la renuncia de Ochoa en Maeztu encendió la alerta en la cúpula del PP alavés, que se apresuró a desmentir que la salida de su concejal sea por miedo. "Seguro que no le ayudó a seguir, pero la concejal ya nos había dicho antes que quería dejar el Ayuntamiento", explicó Rabanera. Según la alcaldesa de Maeztu, María del Carmen Dorronsoro (PNV), Ochoa dejó de acudir del consistorio a partir del atentado contra un edil del PP de Santa Cruz de Campezo.