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Corea promete abrir su mercado para atraer inversiones extranjeras

ENVIADO ESPECIAL, "La democracia no puede sacrificarse al desarrollo económico. Un país puede crecer de forma sana sólo si se garantizan el control público y la transparencia en la gestión". Para el presidente coreano, Kim Dae Jung, la tarea prioritaria ahora es revitalizar la economía con inversiones extranjeras, para lo que prometió ayer en Seúl medidas líberalizadoras e igualdad con las empresas coreanas, y contener el problema creciente del paro.

Para Kim Dae Jung, que habló con un reducido grupo de medios de comunicación, entre los que se encontraba EL PAÍS, "la principal razón de la crisis es que no se practicó ni la democracia ni la economía de libre mercado". Luego, ante más de 300 inversores y observadores extranjeros convocados por Financial Times, defendió los acuerdos de febrero entre Gobierno, empresarios y sindicatos; expresó su confianza en que la oposición no boicotee la necesaria estabilidad para salir de la crisis y aseguró que el cerrado mercado coreano se abrirá casi sin restricciones: "No permitiré ninguna discriminación entre empresas coreanas y extranjeras".

"El problema más preocupante de Corea del Sur es el desempleo", señaló Kim ante los periodistas. El presidente coreano recordó que, a diferencia de lo que ocurre en los países europeos, en el suyo no hay subsidio de paro. Cada día, una media de 10.000 coreanos pierden su trabajo.

Kim Dae Jung reitera su voluntad de frenar la oleada de despidos, que ha sembrado la alarma en la sociedad y que ha puesto a los sindicatos a la ofensiva: "No dejaremos que las grandes compañías recurran a los despidos masivos en los casos en que no sea estrictamente necesario", afirmó.

El nerviosismo cunde entre los parados, que vagan por Seúl. Algunos recurren a soluciones extremas. Según el Ministerio de Justicia, 25 personas se suicidan cada día. Entre enero y marzo, en el arranque de la crisis, ha habido al menos 2.288 suicidios, un 36% más que en 1997. La situación económica es el primer factor a la hora de explicar la estadística.

La primera transición democrática en Corea, protagonizada por Kim Dae Jung, está coincidiendo con la peor crisis económica y financiera del país. El producto interior bruto, que creció un 5,6% en 1997, será negativo en 1998 y la deuda externa supera los 150.000 millones de dólares (22,8 billones de pesetas). Se pronostica para este año una inflación del 12,5% -tres veces la del pasado año- y un desempleo que puede acercarse al 10%.

"He defendido siempre que sólo con la democracia se puede tener un sistema de mercado sólido, evitar la confabulación entre políticos y empresarios y minimizar los riesgos de corrupción", afirma el presidente.

Kim, de 73 años, está utilizando la autoridad moral que le da toda una vida de lucha por la democracia -se le conoce como el Nelson Mandela de Asia- para afrontar con rigor la crisis económica y poder abordar, posteriormente, la reunificación del país.

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