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Entrevista:LEOPOLDO DE LA MAZA» GANADERO

"De toros no saben más que las vacas"

Es conde por parte de padre. Fue alcalde de Morón y apóstol de la jojoba. 70 años, siete hijos, es un prosaico nacido el 27. Es comisario de la Feria Mundial del Toro que hoy se inaugura.Pregunta.. ¿Esta Feria es una periferia? Respuesta. La Feria es una magnífica ocasión para conocer al gran desconocido, el toro bravo. En este mundo hay muchos que se las dan de expertos, de entendidos, pero de toros no sabe nadie más que las vacas. P. Ningún otro animal lleva la bravura en su propia denominación zoológica... R. Quizás el caballo sí goce de ese tratamiento. La particularidad del toro bravo, más que su bravura, es que estamos ante uno de los animales más rústicos, capaz de sobrevivir en cualquier climatología. Hay toros que viven desde los más feraces valles del mundo hasta las zonas más desérticas o abruptas. Los puedes encontrar en la altiplanicie de Bolivia y en el trópico, en las marismas del Guadalquivir o en Burgos, donde hay una ganadería. P. Había, según Villalón, hasta toros con los ojos verdes... R. Siempre dijo que eso era una leyenda. P. ¿Llegó a conocer a Villalón? R. Yo soy viejo, pero no tanto. Nací en el año 27. Al que sí vi torear fue a Juan Belmonte. En Sevilla en una Feria de San Miguel, y después lo vi rejonear en San Sebastián. P. ¿Qué prima en esta Feria del toro, lo comercial, lo cultural, el espectáculo? R. Sin la fiesta sería un animal en vías de extinción. Sin toro no hay toros. Estaría representado mitológicamente, en pinturas o esculturas como los toros de Guisando o el buey Apis. P. Igual Steven Spielberg había hecho Parque Jurásico sobre toros en lugar de dinosaurios... R. Más o menos. P. ¿Son los toros una fiesta? R. La fiesta empieza hacia el siglo XVII cuando una serie de señores no tenían que guerrear todos los días y se dedicaban a demostrar su valor alanceando toros en las plazas. Los que alanceaban tenían unos ayudantes a los que llamaban mozos o chulos que terminaron haciéndose más conocidos que sus señores matando los toros a pie. Fue un triunfo del pueblo llano. Hoy en día, la chaquetilla de los picadores tiene unos bordados de oro que no tienen las de los subalternos, porque los picadores descienden de aquellos caballeros. P. ¿Teme que algún Fischler establezca una cuota taurina? R. Prefiero no tocar el Mercado Común, aunque el destino final del toro bravo una vez muerto es el de carne comestible. P. ¿Y no le pueden poner un cupo a ese sacrificio? R. Yo crío un toro y lo mando a la plaza o al matadero. P. Dice que sin toro no hay toros. Y sin toros, sin la fiesta, no habría toros en las dehesas. ¿Es ése el principal argumento contra los antitaurinos? R. El concepto de sufrimiento es distinto en cada individuo. Cuando uno se corta un dedo le duele más o menos que a otro aunque la llaga sea la misma. En los animales, esa idea del sufrimiento no existe. El ganado de carne vive de seis meses a un año, encerrado en una cuadra, cebado. El toro bravo vive cuatro años en grandes espacios naturales, mimado por todo el mundo. P. ¿Ha tenido más vínculos con el toro que el de ganadero? R. En mi juventud iba de tientas y toreé en algunos festivales. P. ¿Salía en los carteles? R. Figuraba como conde de la Maza. Recuerdo un festival en Santander para monjas y ancianos. Toreé un año. Tengo más hechuras de cargador de muelle o de aizkolari que de torero. P. ¿Temió que las ocupaciones de fincas o la reforma agraria plantaran batalla contra el toro? R. Habría sido una locura. La incidencia de la mano de obra en la cría del toro es más grande que sembrar trigo. P. ¿El condado se lo dieron los toros? R. Nos lo dio el rey. Tras la Semana Trágica, mi padre se fue en 1909 de voluntario a la guerra de África. Abandonó la vida tranquila de Madrid y se desplazó a Marruecos. Tuvo cuatro ascensos por méritos de guerra y el rey Alfonso XIII le ofreció la laureada y el condado de la Maza. P. ¿Se ha leído el Cossío? R. Entero, no. Lo utilizo como libro de consulta. A Cossío sí lo conocí. Era un dilettante.

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