Armani, Rosana y un multazo
La selección se concentra, va al sastre, canta una canción y atasca Madrid
La selección española de fútbol se concentró ayer en un hotel de Madrid. Los 29 jugadores convocados pasaron por el sastre que les tomó las medidas para confeccionar el traje oficial que lucirán en el Mundial -de Giorgio Armani-, cantaron una canción con la cantautora canaria Rosana, provocaron un atasco en Ventas -la policía municipal se cansó de multar al conductor del autobús-, posaron para la foto oficial e iniciaron el examen médico previo al Mundial de Francia que comienza el 10 de junio. Amor fue el primero en llegar a la primera toma de contacto entre los potenciales mundialistas. La del Barça fue la expedición más numerosa, con Guardiola, Abelardo, Nadal, Pizzi, Ferrer, Sergi, Celades y Luis Enrique. Amor hizo un exámen profundo de su cometido en Madrid: "Venimos a que el sastre nos mida, y es una pena pensar que hay siete trajes que no van a servir". El mediocampista se refería a los siete jugadores que serán forzosamente descartados de la lista para redondear los 22 definitivos que se concentrarán el 22 de mayo en Puente Viesgo.
Clemente se encerró con los internacionales antes de cenar. Luego el médico del equipo, el traumatólogo Genaro Borrás, examinó a todos, pero especialmente a los lesionados Guardiola, Zubizarreta, Kiko y Abelardo. Estuvieron hasta la madrugada pasando las pruebas médicas: electrocardiogramas y análisis químicos. "Hemos suprimido la prueba de esfuerzo porque no conduce a nada útil a esta altura de la temporada", afirmó el jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol, el cardiólogo Enrique González Ruano. El médico esgrimió argumentos tranquilizadores: "Si encontramos algún déficit, queda un mes para solucionarlo, porque es obvio que los ju gadores están cansados, sobre todo psíquicamente, y en muchos casos, anémicos [les falta hierro en la sangre]".
Enfado policial
"No sé dónde vamos, todos suben al autobús y yo subo", comentaba Santi, algo perplejo tras reunirse con sus compañeros de selección por la tarde en el hotel Alameda. Les esperaba una sesión de grabación en los estudios Eurosonic, en el barrio de Ventas. Raúl fue el último en montarse. El autobús dejó el hotel y recorrió el trayecto hasta Madrid, entró en una maraña de callejas imbricadas por la calle Conde de Monteagudo, y se atascó al llegar al cruce con la de María Teresa: la angostura de la calzada impedía su paso. Los diecinueve futbolistas entraron a los estudios mientras el autobús contenía una caravana de coches. Una pareja de la policía municipal, víctima del embrollo, lo interpretó como una obstrucción de la vía pública, e impuso una multa de 50.000 pesetas al conductor más 20.000 por cada coche que hubo de remover la grúa para que el autobús pasara. La vía estuvo expedita cuando los jugadores culminaban sus arreglos corales. Quedaba en manos de Rosana la producción del himno oficial de la selección en Francia: Quiero estar contigo. Los cantores improvisados se marcharon entre bocinazos de conductores inconscientes de que esos que corrían por la acera eran los miembros de la selección de España encabezados por Javier Clemente -que también cantó- Los jugadores decían no saber lo que habían cantado. "Ni idea, sólo sé que repetíamos 'contigo' '', aseguraba Sergi; "no sé cómo se llamaba la canción pero estuvo bien eso de cantar con Rosana", ponderaba Cañizares. "Queremos hacer lo mismo que ha hecho Alemania o Inglaterra", aseguraba el jefe de prensa de la Federación Española de Fútbol, Fernando Garrido, "que cantaron su canción para el Mundial".
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