"También me gusta el fútbol"
Zoran Vekie, un yugoslavo que llegó como futbolista a Valladolid hace años, se quedó en España. Colgó las botas y montó una tienda de ropa. Después se hizo agente, apelación que ha sustituido a la antigua y peyorativa de intermediario. Desde la capital castellana controla a un gran número de futbolistas y entrenadores. Maneja gran parte de los hilos del fútbol español.Pregunta. ¿Qué diferencia hay entre vender camisas y vender futbolistas? Respuesta. Es mucho más fácil vender camisas. Con los jugadores, a pesar de que puedan tener un buen rendimiento un año, nunca sabes lo que van a dar de sí otros. Nunca puedes acertar al cien por cien. Además, la gente compra más camisas, y si una le sale mala no le cuesta nada cambiar.
P. ¿Un agente sólo sirve para encarecer a los jugadores?
R. No sólo, Eso depende de muchas cosas. También hacemos bastantes favores a los futbolistas, les damos facilidades.
P. ¿Y a los clubes?
R. Buscamos un equilibrio entre sus intereses y los de los jugadores.
P. ¿Quién se lleva más comisiones: el agente, los directivos, los secretarios técnicos, los entrenadores...?
R. -El agente FIFA.
P. ¿Qué es más útil para colocar a un jugador: darle una comisión al gerente o al entrenador?
R. Ni a uno ni a otro, por lo menos en mi caso. Nunca lo he hecho así. Se de alguien que lo ha hecho, pero no voy a decir quién.
P. A los agentes les favorece la ley Bosman.
R. Sí, yo puedo estar muy contento, pero no estoy a favor. He sido futbolista antes que agente y quiero lo mejor para el fútbol. No busco sólo el negocio.
P. ¿Cuántas veces se ha inventado el interés de otro club para que un jugador suyo renueve al alza?
R. Muy pocas veces. Quizá dos o tres. Cuando se habla de interés de ciertos clubes en jugadores contrastados, ese interés siempre es cierto. Es distinto en el caso de, jugadores con menos nombre... En ese caso hay que crear cierto interés de fuera.
P. Entonces, los periodistas deportivos se alían con usted...
R. Me llevo bien con los periodistas deportivos. No es que me hagan un favor hablando de ciertos jugadores; como ellos necesitan todos los días dar una información, digamos que nos hacemos favores mutuamente. Se entiende, ¿no? P.¿Fue una comedia para perjudicar al Madrid la negociación de Hierro con el Barça en el 93?
R.Había un interés real del Barça. Yo estuve negociando en Barcelona llevando en el bolsillo un poder notarial de Fernando que decía que mi firma era válida para firmar por el Barça. A Fernando le pasó por la cabeza cambiar de club porque estaba pasando muy malos momentos en su renovación con el Madrid y estaba rabioso porque la gente le silbaba. Pero tras 12 horas de negociación, en un minuto se estropeó todo. Por una parte, al final, Fernando se arrepintió, y por otra, rectificaron algo de lo que habíamos acordado. Me llevé la impresión de que el Barça lo hacía para fastidiar al Madrid, pero jamás se me olvidará una frase que me dijo Núñez: "Zoran, nunca te perdonaré que no nos hayas traído a Hierro".
P. ¿Ha llegado a decirle a un jugador que juegue mal hasta que le den lo que pide? R. Nunca. Es antideportivo. No podemos ir contra lo que hace grande al fútbol. Yo no veo el fútbol sólo por interés económico; aparte del negocio, también me gusta el fútbol.
P. ¿Es el ideal que un jugador cambie tres veces de club al año y que con cada cambio crezca su contrato?.
R. No es así como yo lo veo. En los dos últimos años se ha triplicado el valor de un futbolista por la entrada de las televisiones y el influjo de los medios de comunicación, que convierten a un jugador en un fuera de serie simplemente porque ha destacado en dos partidos. En otros países tienen que demostrar muchísimo antes de firmar un contrato bueno. Nadie llega tan deprisa a un club del nivel del Madrid. Aquí, no. Mira Karanka, Morientes o Iván Campos. Y al final, aunque parezca lo contrario, no creo que sea tan beneficioso para el jugador, se ve perjudicado su crecimiento como futbolista, su nivel y su rendimiento. Mira lo que pasa en el Madrid.
P. ¿De los 35.000 millones que se han movido en fichajes el último año, cuántos se han quedado por el camino?
R. Es muy difícil controlarlo, pero hay veces en que los directivos hinchan las cifras de un traspaso para dar más valor al jugador a los ojos de los aflicionados y para vender a los socios el esfuerzo económico emprendido. Vidakovic, por ejemplo, le costó al Betis sólo 50 millones, y en su momento se habló de 250 o 300 millones. Y Jarni, sólo 230 millones, y también se publicaron otras cantidades más altas.
P. ¿A cuántos petardos ha colocado como si fueran figuras?
R. A ninguno. Nunca se me ha pasado por la cabeza hacerlo. Incluso he aconsejado muchas veces a un club no fichar a un determinado jugador que yo no consideraba bueno, aunque así he perdido dinero.
P. Pero debe de ser fácil dar gato por liebre a los directivos...
R. Sí, pero eso depende del momento y de la situación por la que pase el club. Hay veces en que van mal, los directivos están presionados por hacer cualquier cosa y se precipitan en el fichaje.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.