El Sinn Fein se da un largo plazo para definirse sobre el pacto
Si los unionistas del Norte de Irlanda se sumaban' ayer al proyecto de paz, los nacionalistas católicos no estaban tan seguros de que la idea es tan buena como predican sus propios líderes. En medio de fuertes medidas de seguridad, el Sinn Fein abrió ayer en Dublín una discusión interna a puerta cerrada en la que se espera escuchar la voz definitiva de los políticos y sus aliados, los soldados del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Gerry Adams utilizó el toldo del congrego anual del Sinn Fein para presentar como un triunfo político el plan de paz concebido la semana pasada en Stormont. Ante los 1.400 delegados de toda la gama de movimientos nacionalistas que caen bajo el amparo del Sinn Fein, Adams dijo que las 67 páginas del plan Mitchell constituyen un "desafío histórico",. Las mismas palabras que está utilizando el primer ministro británico, Tony Blair, y su colega irlandés Bertie Ahern.
Adams es más consciente que nunca de que su liderazgo, al igual que el de Trimble, está en juego. Si Trimble tiene entre sus numerosos adversarios a lan Paisley, el furibundo predicador presbiteriano que gobierna el radical Partido Unionista Democrático, Adams tiene al Ejército de Liberación Nacional de Irlanda (INLA), por mencionar sólo a una de las florecientes organizaciones extremistas que odian las estrategias de Adams. El líder del Sinn Fein consiguió ayer prolongar un pronunciamiento sobre el plan. de paz. "No tomaremos una decisión que puede ser adoptada en cualquier momento de los próximos treinta días", dijo el despacho de Gerry Adams.
Dentro de exactamente ese plazo, los cinco millones de irlandeses deberían estar debatiendo la importancia de votar sí o no en el referéndum que se celebrará el 22 de mayo, sin duda la consulta más importante para las gentes de ambos lados de la dividida isla.
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