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TENIS: TROFEO GODÓ

Berasatequi, a un paso de su sueño

La realización de un gran sueño se encuentra al alcance de la mano para Alberto Berasategui. Cuando disputó por primera vez la fase previa del Trofeo Godó-Open Seat, se imbuyó de las sensaciones especiales que irradia este torneo sobre los jugadores españoles. Y ayer alcanzó por primera vez la final. Lo logró de una forma espectacular, desbaratando los planes y la estrategia de Carlos Moyá, que había trazado un plan perfecto para romper la solidez del vasco. Moyá encontró una brecha, pero eso no fue suficiente. Berasateguí le ganó por 7-6 (11-9) y 6-4 en 1 hora y 26 minutos. En la final (11.30 horas, La 2) se enfrenta hoy a Martin, que venció a Andrea Gaudenzi por 6-4, 7-6 (7-5). Berasategui llegó ayer a perder la calma en algún momento de su partido de semifinales. Comenzó como un ciclón, desbordando al mallorquín mientras éste aceptó los largos peloteos desde el fondo de la pista. El vasco se colocó con 4-1 y el encuentro parecía en franquicia. Pero Moyá cambió su rumbo aplicando al pie de la letra la estrategia que él y su entrenador, Josep Perlas, habían trazado en el vestuario.

Si el partido no hubiera cambiado de coordenadas, el resultado no habría variado mucho del que se dio la semana pasada en Estoril, donde Alberto se impuso por un doble 6-1. Esta vez, sin embargo, Carlos tenía la lección bien repasada. Y en cuanto descubrió que no podía luchar con Berasategui con sus mismas armas, el decorado se modificó. En vez de plantear una batalla de pegadores, buscó fórmulas para romper el ritmo de Berasategui. Y lo logró desplazándole del fondo de la pista con bolas cortas y dejadas, y atrayéndole hacia la red para después superarle con precisos passing-shots o con voleas ganadoras.

Su estrategia, además, se asentó en un excelente servi cio, que le permitió realizar el encadenamiento de saque-volea y crear una presión suplementaria a Berasategui. Las cosas cambiaron de tal forma que el vasco, de 24 años, acusó cierta. tensión. Vio cómo Moyá le rompía el saque dos veces y le forzaba a un tiebreak en el que se produjeron algunos de los mejores puntos del partido. Fue allí donde Moyá obtuvo una ventaja de 6-3 que le colocó con tres bolas de set. Y aún dispondría de otra (con 9-8). Pero también fue en aquel desempate donde Berasategui demostró una fortaleza mental que le hace casi imbatible.

El último rival de Alberto será Martin, un gigante (1,98 metros) estadounidense, finalista en el Open de Australia en 1994, que basa su juego en su saque y volea. Ayer, frente a Gaudenzi, sólo afrontó una bola de break en todo el partido. No es un tipo de juego que le vaya, muy bien al español, que ha perdido las dos veces que se ha enfrentado a Martin.

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