La crisis de Asia y su efecto sobre el Fondo
La devastadora crisis financiera que ha azotado el sureste asiático no sólo dejará sentir sus consecuencias sobre el crecimiento de la economía mundial. El propio funcionamiento del sistema financiero internacional, con sus compulsivas olas de confianza, especulación desatada y pánico, está bajo sospecha.El propio FMI ha sido objeto de críticas, tanto por su supuesta falta de olfato para detectar la crisis asiática -Camdessus reconoció ayer haber sido "sorprendido por la magnitud del contagio y del desastre" sufrido por algunas economías-, como por su funcionamiento, tildado de secretista e incluso burocrático. Ayer, Camdessus debió responder a algunas de esas imputaciones. "¿Piensa que actúan ustedes burócraticamente?", fue una de ellas. Michel Camdessus agarró el toro por los cuernos: "Yo he sido un burócrata toda mi vida y he tratado de servir al bien público. No pido excusas por ser un burócrata y lo digo como jefe de la burocracia más maravillosa del mundo". El director general del FMI dedicó palabras de elogio a Latinoamérica, por su resistencia a la crisis asiática y por la transformación económica sufrida en los últimos diez años.
La agenda de la reunión de primavera del FMI está vertebrada en tomo a la búsqueda de medidas destinadas a reforzar la seguridad del sistema financiero internacional, una de las "obsesiones" del fondo, según Camdessus. Éste apostó por un programa que tiene al propio Fondo como eje mediante el reforzamiento de su capacidad de vigilancia y la posibilidad de dar más énfasis a sus recomendaciones, algo para lo que ayer mismo recibió el apoyo de Robert Rubin. El Congreso estadounidense está debatiendo un posible incremento de sus aportaciones al Fondo de 18.000 millones de dólares (2,7 billones de pesetas).
También está previsto favorecer una mayor transparencia de la información, mejorando el control sobre la que envíen al Fondo los diferentes países y ampliando las posibilidades de que esos datos sean conocidas por los mercados. Asimismo, se discutirá la aprobación de un código de conducta sobre transparencia fiscal de los países miembros, "mediante la aplicación de estándares internacionales de gestión".
