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FÚTBOL SEMIFINALES DE LA LIGA DE CAMPEONES

La final está en sus manos

El choque ante el Borussia depende más de la actitud de los madridistas que del empuje de los alemanes

Santiago Segurola

El Madrid ha vuelto a la sensación de incertidumbre anterior al partido decisivo con el Bayer Leverkusen. La diferencia que consiguió en la ida frente al Borussia Dortmund, que entonces pareció definitiva, se mira ahora con sospecha. Nada en el Madrid obliga a la confianza, pero tampoco a la desconfianza en el encuentro (20.45, TVE-1) que debería conducir al equipo español a la final de la Copa de Europa, la competición tótem del madridismo. El Borussia, campeón actual, incorpora a todos sus internacionales -Köhler, Heinrich y Möller-, lo que supone un salto considerable de calidad con respecto al limitadísimo conjunto que jugó en Chamartín.No hay grandes palabras en el Madrid, donde la mayoría de la gente prefiere no hablar. Los directivos porque señalan a la prensa como responsable de la dura sanción que ha impuesto la UEFA tras el célebre incidente de la portería. Los jugadores porque se han recluido en un hotel de la campiña y ayer se encontraban tan cómodos que sólo dedicaron tres minutos a los periodistas. Habla Heynckes, que parece un poco más portavoz en su tierra, como sucedió frente al Bayer Leverkusen. Y Heynckes dice que el Madrid no tendrá una actitud conservadora y que pretende llevarse la victoria en el campo del Borussia. Palabras contundentes para un hombre tan tibio a lo largo del año.

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El asunto está en la capacidad de transmisión del entrenador, que no es mucha, y en la decisión de los jugadores. En anteriores compromisos confesaron que se habían reunido al margen del entrenador para buscar una fórmula de éxito. Al menos en Europa esa especie de autogestión ha funcionado. Si el Madrid sólo gana un partido al mes en la Liga, en la Copa de Europa sus últimos resultados han sido satisfactorios: dos victorias, un empate en Leverkusen, seis goles a favor y uno en contra. Son datos que invitan al optimismo.

Cualquiera que no conozca al Madrid actual le daría como finalista. Actuó con firmeza ante el Bayer Leverkusen y en el partido de ida frente al Borussia. Con actuaciones parecidas, al Juventus se le ve como campeón. Y el caso es que su renta frente al Mónaco es la misma que la del Real Madrid con el Borussia. Se quedarán fuera si reciben tres goles. Pero hay numerosos indicios en el equipo italiano que no se aprecian en el Madrid: la intensidad, el deseo, el rigor táctico, las apariciones cada vez más destellantes de Del Piero y Zidane. El Madrid, en cambio, se hace retirar la confianza después de cada partido europeo.

Después de imponerse al Borussia en el partido de ida, el Madrid empató con el Athletic con un juego decepcionante y salió derrotado de Vigo, donde volvió a producirse con esa especie de tristeza que le envuelve desde hace varios meses. ¿Cómo es posible confiar en un equipo así? Es posible por dos motivos: tiene buenos futbolistas y cambian de actitud en la Copa de Europa. Sólo con eso, el Madrid se convierte en un equipo respetable. Al menos, eso ha sucedido frente a los equipos alemanes, tan temi dos en otros tiempos y tan mediocres en estos días.

No hay duda de que el Borussia tendrá bastantes más cosas que decir con la inclusión del central Köhler, el libre Feirsinger, el carrilero Heinrich y el trescuartista Möller. Esos cuatro jugadores suponen casi la mitad del equipo, si descontamos al portero. Y lo cierto es que son los cuatro mejores. Köhler es el viejo central de la selección alemana, un tipo que juega al límite del reglamento con el permiso de los árbitros; el austriaco Feiersinger es un recambio aceptable de Sammer en la posición de líbero, tan crucial en los equipos alemanes; Heinrich tiene salud y recorrido por las dos bandas, especialmente por la izquierda; y Möller es por fin el, jugador desequilibrante que necesitaba un equipo incapaz de desequilibrar nada en el Bernabéu. El resto correrá a cargo de la hinchada, que gasta fama de intempestiva en un estadio de corte inglés.

Nevio Scala, técnico del equipo alemán, aseguró ayer que el Borussia no se lanzaría al abordaje. "Podemos meter un gol en el primer minuto o en el 80, y si eso ocurre seremos capaces de batir al Madrid". Por lo visto, Scala cuenta con un cierto desafecto del Madrid por esta clase de partidos y con la posibilidad de utilizar la prórroga a su favor. El caso es que el Borussia ha ganado todos sus partidos en su estadio durante la presente Liga de Campeones.

Con todo lo que anuncia Scala, parece evidente que el Madrid será el verdadero protagonista del encuentro. Para bien o para mal. Si persiste en el abandonismo que practica en la Liga española, su destino será la eliminación. Pero si recupera el ánimo y se decide a sacar el mejor rendimiento a sus jugadores, será finalista. Porque conviene recordar que los equipos españoles le han dado duros repasos al Borussia en su estadio: lo hizo el Atlético el pasado año, lo reiteró el Barca en la vuelta de la Supercopa e incluso lo consiguió el Deportivo hace unas pocas temporadas en la Copa de la UEFA. Si perdió fue por su inexpenencia. Por juego, debió llevarse el partido por delante. Si el Madrid hace lo que debe, el resultado de la ida debería bastarle.

Alineaciones

Borussia: Klos; Reuter, Tanko, Kree, Feiersinger, Köler; Möller, But, Heinrich; Cahpuisat y Ricken.

Real Madrid: lligner, Panucci, Fernando Sanz, Hierro, Roberto Carlos; Karembeu, Seedorf, Redondo, Amavisca; Raúl y Morientes. Árbitro: Paul Durkin (Inglaterra).

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