Nada que ver
Menos mal que la flora y la fauna ibéricas son espectáculos suficientes para ayudar a reponer a Blair de la dureza de las negociaciones, porque no podemos confiar en la amenidad de nuestro jefe de Gobierno para tonificar nada ni a nadie, sea mineral, vegetal o animal. Cuando posaron ante la prensa, Aznar dio todo un curso de montaraz sosería disfrazada de esa campechanía que sólo se consigue estudiando un master de simpatía. Mientras recordaba con Blair aquellos tiempos del Manchester United de los hermanos CharIton y del Real Madrid yeyé de Pirri, Grosso y Sanchiz padre, Aznar pensaba para sí en la debilidad del Imperio Británico, que ha tenido que pactar con el brazo político del IRA.Nada más conocerse el comienzo de un acuerdo al que le aguardan muchas dificultades, la falsa conciencia española se ha puesto en movimiento y el PP se ha apresurado a señalar, imprudentemente, que nada tiene que ver lo irlandés con lo vasco. Por ejemplo, ¿qué significación política tiene ETA? Una cosa es que se aproveche la ocasión para insistir en la inhumana tozudería sangrienta de ETA y otra que se invite a la población en general y al votante del PP en especial a que esconda. la cabeza en la arena y siga negándose a digerir el problema político de fondo. De salir bien el acuerdo. británico-irlandés, las comparaciones seguirán siendo todo lo odiosas que se quiera, pero incontenibles. Si el acuerdo conseguido por Blair, Clinton, el IRA y los demás va a requerir ajustes constitucionales en el Reinó Unido, habrá que empezar a dejar de demonizar en España las posiciones razonablemente prenegociadoras y asumirlas como un esfuerzo pedagógico, lento pero higiénico, inevitable, que rendirá sus frutos el día de mañana o pasado mañana, cuando haya que negociar y los numantinos sean los últimos en enterarse.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.