Semana grande

"Semana grande". Así denominaba la Iglesia la Semana Santa cuando todavía no había pedido perdón por hablar en latín. ( ... ) Semana "grande", y no sin motivo. Para el cristiano, la Semana Santa es la fiesta por excelencia. Pero entonces, ¿por qué no puede ya competir ni de lejos con la Navidad, incluso entre los creyentes? Ni por la cantidad de felicitaciones, ni por la de regalos, ni por la cantidad de anuncios, ( ... ) índice, a su manera, de cómo los aniversarios inducen a "hacer fiesta": es decir, a consumir más. ¿No será porque la Navidad ( ... ) tiene mayor cabida en la sociedad poscristiana, como lugar de esos "valores comunes", ( ... ) que, por lo menos por un día, nos hace sentir a todos de acuerdo? ( ... ) Porque ¿qué es la Navidad si no la historia, simple y eterna, de un niño que nace? ( ... ) Incluso para quien no tiene fe puede ver en esa fiesta una leyenda llena de significado. Si la Navidad une, la Semana Santa divide. ( ... ) Navidad es un hombre que nace. ( ... ) Semana Santa es un hombre que resucita. ( ... ) El "mundo", benévolo, puede aceptar incluso un pesebre. Pero hay un domingo de primavera en el que quien se empeña en creer que se ha vencido a la muerte vuelve a ser "un charlatán" como Pablo para los intelectuales paganos cuando, en Atenas, les habló de resurrección. Y sin embargo, y precisamente por esto, el Evangelio es una "buena noticia".